Luces de romería sobre La Yedra
La pedanía baezana celebra la peregrinación en honor de la Virgen del Rosel
La romería en honor de la Virgen del Rosel llena de color la aldea de La Yedra durante toda la jornada, y no solo por los siempre alegres trajes de faralaes que muchas mujeres lucen en esta fiesta, sino también por las hermosas andas que portan a la imagen de la Virgen, que deja tras de sí el olor (perenne siempre en el recuerdo) de las flores que la adornan. Hoy, vuelve a ser el día en el que, acompañada de sus fieles, salga desde el Santuario de La Yedra rumbo a la iglesia de San Pablo de Baeza.
Esta es una fiesta que, para muchos, es totalmente ineludible. Esta romería acoge, en la pequeña pedanía baezana, no solo a numerosos vecinos de la ciudad, sino también a otros que acuden desde municipios limítrofes a la llamada de la Virgen del Rosel, una imagen que despierta una gran devoción en la zona. Y no es de extrañar, la hermosura de esta imagen cautiva con solo una breve mirada y la gracia que desprende hace que sus devotos se cuenten, también, por cientos. Por ello, este festejo cobra un especial significado en la población baezana, donde el arraigo que sus gentes sienten por esta Virgen es mayúsculo.
Como prueba de ello, con toda probabilidad, pues así sucede muchos años, la misa que hoy se celebra en su honor quede marcada por una afluencia sobresaliente y, para quiénes deseen asistir, cabe recordar que comienza, en torno a las doce y media del mediodía, en la explanada del Santuario de La Yedra. Y, al finalizar la eucaristía, será el momento en el que los muchos romeros que acuden hoy a la zona, disfruten de una convivencia donde el buen ambiente y la buena comida sean los principales elementos. Este almuerzo campero tiene lugar en la caseta “El cortijo de La Yedra”.
Para finalizar, por la tarde, a eso de las cinco y media, volverá a ser el turno de volver al lado de la Virgen del Rosel, pues, a esta hora, se produce el traslado de la sagrada imagen desde el Santuario hasta la iglesia de San Pablo, en Baeza. Un camino lleno de recogimiento y gozo junto a la Virgen que, cada año, no dudan en repetir cientos de romeros.