Los almendros ya están en flor en Jaén

Las previsiones señalan una cosecha media, pero depende de la primavera

18 feb 2025 / 06:00 H.
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Los parajes naturales de la provincia comienzan a pintarse de tonos blancos y rosáceos. Eso significa que, poco a poco, se despiertan las yemas de flor en los almendros. El frío y las heladas invernales ralentizan este proceso, aunque en distintas zonas se puede ver un manto de color que indica que la temporada está a punto de dar comienzo.

En algunas comarcas ya se pueden vislumbrar almendros en flor que, por lo general, son de variedad antigua —largueta o marcona— como, por ejemplo, en los alrededores de Castellar y Sorihuela del Guadalimar, Mancha Real o Pegalajar. Asimismo, cabe destacar que las variedades modernas no florecerán hasta dentro de dos semanas o, incluso, un mes. Actualmente, esta tipología es la más utilizada para dicho cultivo porque a la variedad antigua le afectan mucho las heladas del mes de febrero.

El secretario general de COAG Jaén, Juan Luis Ávila, señala que la previsión para esta campaña “no es especialmente buena” debido a la escasez de lluvia. “Ha llovido algo, pero ni mucho menos para el atraso tan grande que tenemos de pluviometría”, resalta Ávila. Asimismo, destaca que el cultivo está bien, “no tiene por qué responder mal, pero la clave está en la primavera”.

Por otro lado, valora la campaña pasada como media después de “dos años muy malos debido a la sequía”. Uno de los factores a tener en cuenta fueron las lluvias de primavera. “Por lo que se ve en el campo, creo que aspiramos, máximo, a que sea media. No va a ser buena porque no hemos tenido un invierno especialmente bueno de pluviometría”, apostilla el secretario general de COAG Jaén. Del mismo modo, hace hincapié en que la provincia lleva desde el pasado año 2021 sin contar con una campaña buena, puesto que, aunque la del año pasado fue media, las de los años anteriores fueron malas.

También, pone el acento en una de las grandes problemáticas a la que se enfrenta este cultivo: las plagas. “El almendro es un cultivo más complejo de gestionar que el olivo y necesita muchos tratamientos porque son plagas que, de un día para otro, tienen unos efectos tremendos”. Por ello, destaca que este es “uno de los hándicap que se encuentran todas aquellas personas que se inician en la plantación de este cultivo” . El agricultor Francisco Elvira Arroyo también plantea otro problema, además de la presencia de plagas del gusano cabezudo y de la sequía. “Tenemos una crisis de precios porque es relativamente bajo para el esfuerzo y los requisitos que lleva el cultivo”, resalta el agricultor.

Por otro lado, las estimaciones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación reflejan que la producción de almendra alcanzará las 373.558 toneladas en la campaña 2024/2025, una cifra que constata una significativa recuperación con respecto a la anterior de un 17,5 por ciento, y que se sitúa un 9,1 por encima de la media de las últimas cinco campañas (2019-2023).

La provincia de Granada lidera el cultivo de almendra con una media de superficie de 116.564 hectáreas, más del doble de la superficie total de Andalucía (51,2 por ciento), que en la última campaña de ya superó las 119.500 hectáreas, y con producción media de 41.007 toneladas cáscara.

“El año pasado cogimos unos veinte mil kilos de almendra cáscara”

El agricultor Francisco Elvira Arroyo cuenta con 12,7 hectáreas de almendros de variación lauranne desde hace casi cinco años. En mayo de 2020, decidió plantar este cultivo que se caracteriza por tener una floración tardía que resiste a las adversidades temporales de distintos climas. En concreto, esta tipología florece a comienzos de abril, aunque este año será a finales de febrero y durante unos quince días. En total, ya ha recolectado tres cosechas. “El año pasado cogimos unos veinte mil kilos de almendra cáscara”, resalta el agricultor. Del mismo modo, hace hincapié en que el rendimiento del fruto depende de “las plagas y del agua recibida” al ser un árbol muy demandante de la misma e, incluso, más que el olivo. Por ello, la escasez de agua afecta más a la producción.

Con respecto a esta campaña, valora que “es un año que pinta bien”. “El pasado tuve menos cosecha que hace dos, a pesar de tener los árboles más grandes”, apostilla, para agregar a continuación que esto se debió a que, en plena floración, vino el periodo de lluvias que se alargó hasta Semana Santa, por lo que lavó mucho polen. “En el centro del árbol, que estaba floreciendo en ese momento, las flores abortaron por la lluvia”, valora Elvira. Por otro lado, afirma que si se da una primavera lluviosa, como el año pasado, cuentan con la ventaja de que el “fruto coge mas calibre”. “Es un hándicap y un plus que tenemos con vistas a la recogida en el mes de agosto”, dice.

“A partir del tercer año murieron tres mil árboles”

La plaga del gusano cabezudo afectó a unos 16.000 almendros del agricultor Juan González Aguilar. En concreto, comenzó hace unos cuatro años. “La solución ha sido eliminar los árboles radicalmente porque los productos que actualmente están autorizados en la Unión Europea no atacan directamente a la raíz del problema, es decir, son bastantes livianos”, valora el agricultor.

Por otro lado, pone el acento en que se propagó poco a poco y el único método efectivo es el tradicional: el agua. Por lo que era imposible combatir la plaga a causa de la sequía que azota al mundo desde hace más de cinco años. “La manera es regar para que se ahoguen cuando son larvas. Nos quedábamos sin soluciones para poder intervenir”. Del mismo modo, hace hincapié en que, en el resto de zonas, en concreto fuera de la Unión Europea, sí se permiten esos productos, como, por ejemplo, en Estados Unidos.

La plaga afectó de una manera exponencial. “El primer año murieron trescientos almendros, el segundo novecientos y, finalmente, ya estábamos en unos tres mil al año”, declara González. Tras eliminar radicalmente los árboles, afirma que no van a volver a plantar almendros porque “no puede atacar la plaga y tampoco hay ningún depredador que elimine al gusano cabezudo”. “No hay otra solución, te tienes que adaptar”. Asimismo, asevera que la Unión Europea anunció que iba a permitir durante un tiempo los productos, “pero ha sido demasiado tarde y la plantación estaba ya muerta”. Ante la incidencia de la plaga en su cultivo, Juan González reivindica que hay que llegar a un “equilibrio entre la normativa y lo que realmente se produce en el campo español”.

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