Las reses evitan el encierro
Dos vaquillas se esconden en el río Guadalimar y no llegan hasta la plaza


Las circunstancias dieron al traste con el segundo encierro de las fiestas de Benatae. Si el jueves solo una de las dos vaquillas soltadas para el encierro llegó hasta la plaza, ayer ninguna de las reses lo hizo. Al contrario, poco después de salir del paraje de inicio, la Tiná de la Panceta, a unos tres kilómetros del casco urbano, las reses se encaminaron hacia el entorno del río Guadalimar y, pese a los reiterados intentos y a una espera de dos horas, no hubo forma de sacarlas de allí. Por ello, se recurrió al plan B y las actividades taurinas se limitar a los lances de los mozos en el interior del coso nabero. Ante la situación de los dos días seguidos, la alcaldesa, Francisca Espinosa, indica que hoy se replanteará qué hacer. De manera que es más que probable que las reses sean llevadas directamente en un vehículo a la plaza. Según la responsable, el quid de la cuestión de ese comportamiento rebelde es que las vacas no están “hermanadas” con los cabestros usados para conducirlas por el campo y el pueblo.
La valentía se dejó ver a lo largo de la tarde, tanto en el intento de recuperar a las reses por parte de la comitiva encargada de conducirlas como una vez en el ruedo. Antes de que den comienzo los actos religiosos en honor de San Ginés, los naberos disfrutan de unos días pensadas para echarse a la calle para recorrer por su villa en sus habituales encierros de reses bravas. Entre recortes, música y carreras, las vaquillas toman protagonismo en las calles del municipio ante la expectación de decenas de aficionados a esta tradición.
Pese a la decepción, completa ayer y parcial el jueves, vecinos y visitantes se desquitaron en la plaza. Los animales soltados eran de la acreditada ganadería ciudadrealeña de José Antonio Rubio Martínez, cuya finca se encuentra en el cortijo del Morrón, situado en Montizón, en El Condado.
La música y el clamor de los naberos animaron una tarde de jolgorio que, eso sí, estuvo libre de pirotecnia debido a una petición del Ayuntamiento. La Administración local requirió a los vecinos que no tiraran cohetes debido al alto riesgo de incendio por las escasas precipitaciones estivales. La jornada festiva culminó con una tradicional verbena popular que estuvo amenizada, en primer lugar, por la orquesta linarense Florida para, después, dejar paso en el escenario a DJ Ángel, quien, con las canciones del momento, hizo vibrar hasta altas horas de la madrugada a los más trasnochadores.
Hoy, las estampas taurinas se repiten, aunque hay que esperar a la decisión de si hay encierro o no. Tras una jornada matutina repleta de actividades pensadas para todos los públicos, los naberos guardarán fuerzas para celebrar, a las seis de la tarde, el que será el último encierro de sus fiestas patronales en honor de San Ginés. El remate festivo del día correrá a cargo de la orquesta JDM y DJ Puentes, que, desde medianoche actúan en la verbena.
Mañana, la celebración tomará un tinte distinto con citas religiosas en honor de San Ginés de la Jara. A las once de la mañana, tras un repique de campanas y una misa, la imagen saldrá acompañada de autoridades, devotos y la banda Los Pizarrines. Tras el desfile empezará la feria de día y a la presencia de la Asociación Bolillera Sierra de Segura. De noche, la música de DJ César pondrá el broche. Entre el lunes y el miércoles se celebrará un triduo.