Las Lumbres de San Antón, una tradición
de pura alma jiennense

08 mar 2019 / 16:31 H.

Una de las fiestas con más tradición en la capital del Santo Reino son las famosas Lumbres de San Antón. Este día, las calles de Jaén se iluminan con el fulgor que despiden las hogueras que se reparten por la ciudad. Otra de sus características más populares es el acompañamiento del buen espectáculo y calor que ofrece el fuego con un buen puñado de rosetas calientes, lo que convierte la jornada en algo único que solo se vive en Jaén. Cabe recordar que este festejo experimentó un cambio hace tres años, cuando su fecha de celebración tradicional, el 16 de febrero, se cambió a tres días después. Respecto a esto, aparece la Federación de Asociaciones de Vecinos Objetivos Comunes (OCO), con una fuerza incansable y gran determinación, apostando por que se mantenga la tradición original de las Lumbres de San Antón, es decir, su vuelta a ser celebradas el día 16 de febrero. Pepi Alcántara comenta que temen que, con el cambio de fecha (el cual se hace coincidir con el fin de semana con la intención de que acudan más visitantes y participantes a la Carrera de San Antón), las lumbres pueden llegar a ser “una verbena más de fin de semana”.

Por otro lado, Alcántara asegura que quienes han conseguido que esta fiesta se mantenga con fuerza en Jaén son las asociaciones de vecinos. De hecho, algunas de las lumbres más destacadas este años fueron las realizadas por los colectivos vecinales, como la organizada por “Unidos por La Merced” (aunque esta se celebró el día 19 de febrero). Tanto es así que, este año, fueron un total de 28 las hogueras que iluminaron las calles de la capital y las inmensa mayoría de ellas pertenecieron a colectivos y asociaciones vecinales.

La presidenta de la Federación OCO recuerda que hace no mucho, sobre los años 60, las lumbres eran una festividad que estaba “perdida”. De hecho, apunta que en esta época el Ayuntamiento ofrecía un premio económico al ganador del concurso de monigotes con el objetivo de animar a los jiennenses a participar en las fiestas. Sin embargo, esos malos tiempos ya pasaron para las lumbres y su grandeza vuelve a brillar cada Noche de San Antón. Con el fuego que resplandece, los jiennenses se despiden y queman todo lo malo que les ocurrió o atormentó durante el año anterior y afrontan una nueva etapa con energías renovadas. Una forma diferente de hacer borrón y cuenta nueva de la forma más propia de esta tierra.