Las “gacha-gamberradas” dejan sin dormir a miles de jiennenses
Dispositivo policial especial y bandos municipales que prohiben arrojarse gachas
La tradición de la Noche de los Santos siempre ha estado ligada a las gachas. Pero, para comérselas. En cambio, de tanto “gachear”, siempre hubo a alguno que le dio alguna mala idea y utilizó este rico manjar de harina para hacerle alguna travesura a un amigo, vecino o conocido. Entonces, sin que se diera cuenta, se le ponía un poquito de masa en la cerradura, lo que era una auténtica faena si la víctima de la broma venía más tarde de celebración o lo veía al día siguiente.
“Es una tradición que antiguamente se hacía en muchos pueblos de Jaén. Se ponía un poco de gachas en la cerradura por la noche y no podía abrir. Se trata de una broma típica que, a veces, te tocaba a ti, lo que alimentaba tu interés para devolverla al año siguiente”, cuenta el escritor y colaborador de Diario JAÉN José Sánchez del Moral. En cambio, esta travesura, que podía ser hasta graciosa —si no te tocaba, pues mucho más—, ha evolucionado en auténticos actos vandálicos que preocupan a los vecinos y que, incluso, motivan juntas locales de seguridad ciudadana y bandos municipales. De hecho, esta noche, decenas de municipios jiennenses han reforzado la seguridad para intentar atajar las “gachas-gamberradas”, cuya esencia se basa en ensuciar edificios públicos y hasta domicilios de determinados vecinos.
De ahí que miles de jiennenses han pasado hoy la noche en una actitud similar a la de “la Vieja del Visillo”, que popularizaron los humoristas Cruz y Raya, es decir, en duermevela o, incluso, despiertos para evitar que les ensucien las viviendas. “Antes se ponía cinta aislante o fiso en la cerradura por si a alguno le daba por echarte gachas. Ahora, hay que estar bien atenta porque, si no, te ponen la casa perdida”, comentaba una vecina de Arquillos. Precisamente, este municipio ha reforzado la seguridad y hasta su alcalde, Miguel Ángel Manrique, ha emitido un bando municipal en el que se prohibe arrojar gachas a cualquier vivienda, usar cualquier otro producto para elaborar esta mezcla que no sean los ingredientes tradicionales —hay gamberros que usaban hasta yeso para ensuciar mucho más en determinados pueblos— y, también, avisa que la Guardia Civil y la Policía Local sancionarán a las personas que sean descubiertas arrojando gachas a las viviendas.
“Sabemos que se trata de una noche especial y que existe una tradición. Los vecinos se juntan, muchos de ellos jóvenes, para disfrutar de la compañía y de la amistad. En cambio, no podemos dar lugar a actos vandálicos ni a problemas de convivencia entre los vecinos. Travesuras siempre se han dado en Arquillos y en El Porrosillo, pero no podemos permitir que se ensucien las fachadas en actos propios de gamberrismo. Entendemos las tradiciones, pero debemos fomentar la convivencia porque hay vecinos a los que no les gusta y lo pasan mal. El bando pretende advertir para que el pueblo viva sus tradiciones sin molestar a los demás”, dice Miguel Ángel Manrique.
El Ayuntamiento de Los Villares puso en conocimiento de La Guardia Civil lo que calificó como vandalismo puro. El Palacio Municipal, bloques de viviendas y numerosos coches amanecieron llenos de gachas. La limpieza de las fachadas —después de la gamberrada— requirió varios días de trabajo de la Noche de los Santos.
La investigación de la Guardia Civil del año pasado acabó con varias denuncias entre vecinos e información ante la Fiscalía de Menores. El alcalde de Los Villares, Francisco Palacios, uno de los municipios más afectados por el gamberrismo durante el año pasado, afirma que los sucesos en su municipio fueron tratados como vandalismo y acabaron en los tribunales. “La Guardia Civil trabajó bien e identificó a algunas de las personas que cometieron estos hechos. Sé que se interpusieron denuncias y que llegaron a Fiscalía de Menores, pero, a partir de ahí, no sé cómo evolucionó el procedimiento. También se tramitaron algunas sanciones administrativas”, afirma el alcalde de Los Villares.
“Nosotros llevábamos años haciendo bandos en los que se les decía a los vecinos que no se podía hacer. En cambio, consideramos que este periodo ya ha concluido. Ya no hay nada que se tenga que regular. La gente sabe que echar gachas a casas de otros vecinos o a edificios públicos se trata de un acto de vandalismo. Por eso, así lo tratamos. Con total normalidad y con el máximo respecto a la ley, que es la que tiene que juzgar los hechos”, manifiesta Francisco Palacios.
Los Villares realizó una junta de seguridad ciudadana para establecer un dispositivo especial para la Festividad de Todos los Santos y para las actividades que se desarrollarán durante este otoño. No obstante, no ha sido el único municipio que ha establecido un dispositivo especial. El alcalde de Arquillos, Miguel Ángel Manrique, también confirma una reunión con las fuerzas de seguridad para regular la vigilancia especial. “No es un asunto fácil de regular. Si la Guardia Civil coge a un niño haciendo una travesura, en realidad, es difícil de tratar”, afirma Miguel Ángel Manrique. No obstante, los dos alcaldes destacan el magnífico ambiente de convivencia que se produce durante la Festividad de Todos los Santos, en la que muchos vecinos regresan al municipio para visitar los cementerios y compartir las horas con familiares y amigos en el pueblo en una jornada propicia para la amistad y los reencuentros.