La Virgen del Alcázar llena de luz y clamor el corazón de los fieles en Baeza
La solemne procesión de alabanza a la patrona une a los caballeros cofrades y a las damas horquilleras
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El espesor blanquecino del incienso impregnó la Parroquia de San Andrés Apóstol. Las emociones de cientos de feligreses se escapaban a través del brillo de sus ojos y de las lágrimas que se resbalaban sin que nada las pudiera frenar. La Santísima Virgen del Alcázar apareció detrás de la cortina de humo santo para el deleite de los devotos y fieles congregados al llegar la caída del sol. La pasión se desató con las primeros vítores a la patrona de Baeza. La solemne procesión de alabanza a la patrona del municipio marchó despacio por las calles de la ciudad patrimonial.
Los pasos lentos fueron acompañados por la banda de la Asunción de Jódar y por la agrupación municipal de música de Baeza que dejaron escapar notas puras, cargadas de pasión y amor.
Por segundo año consecutivo, las damas horquilleras recogieron el testigo de los caballeros cofrades en el cambio de turno a los pies de la entrada de San Andrés. Un momento intenso, repleto de hermandad. La Santísima Virgen del Alcázar regresó a su templo arropada por la devoción y el mimo de cientos de feligreses, que ya aguardan ansiosos el próximo año. Además, este 2024 quedará marcado en la memoria de todos los devotos de la Virgen del Alcázar, pues, tras mucho tiempo, se ha aceptado la coronacion de la patrona, un proceso que aún durará tres años.
“Para nosotros, los horquilleros, es un día muy importante porque tenemos el honor de pasear a la reina de Baeza por sus calles para ser vista por todos”, explicó Rafael Cruz, jefe de los horquilleros. Manolo Rascón, Hermano Moyar de la cofradía, compartió que la Virgen es su principal motor de vida: “Ella está muy presente en mi día a día y lo significa todo”. “Es un orgullo que después de mas de 50 años se haya contado con un grupo de mujeres. La llevamos con mucha ilusión y con mucha alegría”, aseguró Carmen Morillo, dama horquillera. Juani García ha seguido los pasos de su padre, quien fue horquillero, y la lleva con la misma fe que el año anterior. “Son días muy especiales de nuestra patrona. A la Virgen se le quiere mucho. Me emociono mucho al recordar los buenos momentos aquí”, manifestó María Salcedo.
