La Sierra de Andújar, el hogar del lince ibérico

ecosistema donde cohabitan numerosos animales en peligro de extinción

23 may 2019 / 18:05 H.

El gran territorio del lince se extiende por las suaves lomas que componen la Sierra de Andújar. Estas casi ochenta mil hectáreas de bosques mediterráneos destacan como uno de los parajes naturales mejor conservados de Andalucía y por guardar, en su interior, un prodigioso ecosistema con numerosas variedades de fauna y flora. Para apreciar este lugar, existen varias rutas de ecoturismo, que se suman a las actividades de turismo activo.

El verde intenso es la “marca de la casa”. La Sierra de Andújar propone al visitante una profunda conexión con el entorno natural hasta sentir que no hay nada más allá de sus frondosos bosques. Este paraje, situado dentro de Sierra Morena, es una de las zonas con mayor concentración de manchas de vegetación del gran macizo que separa Jaén de Castilla la Mancha y a Andalucía de esta misma comunidad, de Extremadura y Portugal. Encinas, quejigos, alcornoques y pinos componen sus bosques arrojando sombra sobre un estrato arbustivo de jaras y retamas que se entremezclan con madroños, acebuches y plantas aromáticas como el romero, el cantueso o el tomillo. Cercana a la red fluvial que humedece esta tierra, donde destacan el río Jándula y Yeguas o los embalses de El Encinarejo y El Jándula, la vegetación de ribera muestra la misma riqueza de variedades: adelfas, fresnos o sargas beben de a las orillas de los arroyos y dan refugio a numerosas especies de fauna.

Así, la Sierra de Andújar se han convertido en uno de los últimos refugios para cientos de especies catalogadas como “en peligro de extinción”. El águila imperial, la cigüeña negra o el buitre negro (en estado “vulnerable”) son algunas de las aves que viven en esta sierra y que cohabitan con otros mamíferos como el lobo ibérico, también dentro del Listado de Flora y Fauna Amenazada en Andalucía. Sin embargo, el rey de la Sierra de Cazorla es el Lince. Este felino, endémico de España y Portugal, está considerado “en peligro de extinción” según el listado andaluz y, por suerte, el paraje andujareño es una de las zonas que más puede disfrutar de su presencia. El lince ibérico corretea por el parque natural y son muchas las rutas que lo cruzan para poder observar al animal en las llanuras o, agudizando la vista, entre arbustos.

Las bondades de esta sierra mediterránea se resumen en la revista “Naturaleza en Jaén”, una publicación especial de la Diputación de Jaén donde recogen la existencia de dos senderos para los que deseen adentrarse a conocer el paraje. Uno de ellos es el camino del Jabalí-Encinarejo y parte del monumento a “Solitario”, jabalí labrado en mármol que se encuentra justo frente al cerro del Cabezo. El punto de partida está cinco kilómetros antes de llegar al Santuario de la Virgen de la Cabeza y tiene un recorrido de unos tres kilómetros. En él, se pueden contemplar hermosos paisajes desde la zona de La Lancha, un poblado creado para los trabajadores que construyeron los embalses de la sierra a mediados del siglo pasado. El segundo sendero es el del Junquillo, de seis kilómetros, parte del cruce de la A-6178, a diecinueve kilómetros al norte del Santuario. Este discurre por un paisaje de dehesas, altas campiñas y altiplanicies desde donde se divisa Sierra Madrona, ya en Castilla La Mancha. Además de estos, existe una densa red de senderos que pueden transitarse a pie o bicicleta y en los que es fácil practicar la caza fotográfica de ciervos, gamos, jabalís, lobos, zorros o aves.

Además, la Sierra de Andújar ofrece otras muchas y múltiples actividades, como rutas a caballo que se ofrecen durante todo el año; para los más calurosos, el río Jándula tiene varias zonas de baño y, para los más experimentados en el turismo activo, en el paraje se puede practicar el ciclismo BTT. Así, los amantes de las dos ruedas pueden realizar dos rutas diferentes. La primera de ellas, el sendero GR 48, está plenamente integrado dentro de la sierra andujareña; mientras que la TransAndalus se compone de seis etapas, de más de 340 kilómetros de recorrido, que suponen una de las mejores maneras de conocer la provincia de Jaén en bicicleta de montaña. En la revista “Jaén Destino Aventura” también se recoge la posibilidad de practicar la escalada en el embalse de La Lancha, los que convierte a este entorno natural en uno de los lugares más completos para hacer ecoturismo y turismo activo de toda la región jiennense.