La ruta de los milagros de la Sierra Sur

Es este un viaje a lo desconocido pero a un mundo de aquí mismo. Una ruta por los requiebros de la mente y al mismo vientre materno de la religiosidad popular, no ya solo de Jaén, aunque con la Sierra Sur como vértice inigualable de una fe inquebrantable en lo humano sin deshacerse nunca de lo divino (“Dios quedrá”, decía siempre el santo Manuel a sus ‘pacientes’ cuando se despedía de ellos). Les proponemos una ruta por los senderos de viejos caminos de polvo y piedras en busca de una aventura muy especial, la de la santería o, lo que es lo mismo, cómo durante siglos el boca a boca ha llevado a miles de personas a unos lugares concretos en busca de la sanación de sus males y sus desdichas, que siempre fueron muchas alrededor de la pobreza, que siguen siendo muchas en este mundo de opulencia que ahora vivimos. La aventura especial de esta semana tiene nombres y apellidos y está muy viva, aunque sus mentores lleven muertos muchos años (Luisico, en 1912; Custodio, en 1961 y Manuel, en 1983).

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