La receta de los dulces de Navidad que hizo próspera a una familia

19 mar 2016 / 10:20 H.

María Martínez Mata, una de las responsables de Productos Mata de Alcaudete, se muestra tremendamente agradecida por el reconocimiento recibido por esta compañía, que tiene origen familiar, pero vocación mundial, y que es toda una institución en el municipio. “Es una gran alegría que tu producto estrella reciba un premio”, sostiene, orgullosa, por haber sido elegidas las hojaldrinas de esta fábrica alcaudetense como el Sabor Dulce de la provincia, en los Premios Jaén Única, unos galardones que se entregarán, el 30 de marzo en una gran gala que acogerá el Teatro Principal de Andújar. María Martínez Mata es nieta del hombre al que la familia le debe la prosperidad, el tristemente desaparecido Carlos Mata, el autor de la receta del celebérrimo dulce navideño, indispensable en cualquier casa de España y cada vez más conocido fuera. “La hojaldrina es la misma desde siempre, nunca hemos cambiado la fórmula”, aclara y entre risas deja claro que la receta es igual de secreta que la de la Coca Cola, blindada para aquellos que quieran hacerse con ella. Carlos Mata las hacía a mano. En una visita a Alemania llegó a un compromiso con unos ingenieros: “Si me traes un buen dulce, te fabricamos la máquina para que las produzcas”. Recogió el guante, los teutones cumplieron su palabra y el ingenio continúa en marcha, medio siglo después, todavía abastece de hojaldrinas la industria. Con estos mimbres, el cesto que quieren fabricar en Productos Mata está claro. “De momento, queremos seguir como estamos, sin perder la idea de crecer poco a poco”, asegura María Martínez Mata. Y es que esta empresa, dedicada a endulzar las fiestas y con un negocio que se amplía, da trabajo a unas cincuenta personas en temporadas de máxima actividad. El sello de la familia Mata se remonta a finales del siglo XIX. Por aquel entonces, la familia Mata regentaba un comercio de ultramarinos en la calle Llana de Alcaudete. La primera incursión en el sector de los dulces fue en 1.897, cuando Leandro Mata Carrillo inauguró un obrador de confitería, con la ayuda de su esposa María Burgos Salazar. Fueron los pioneros de un trabajo que pervive y al que se unieron las conservas. Todo comenzó en el obrador. Tras fallecer Leandro, Carlos Mata Burgos, con un tremendo impulso empresarial y astucia, dio los pasos hacia la empresa actual, siempre junto con su esposa, Antonia Úbeda Luque.