La puerta grande se abre para Manzanares y Pablo Aguado

Morante de la Puebla solo cortó una y no realizó paseíllo ante los asistentes

30 ago 2019 / 12:44 H.

Una tarde muy esperada con el segundo festejo taurino en el que participaron tres importantes toreros: José Antonio Morante de la Puebla, José María Manzanares y Pablo Aguado. Hubo alguna discusión a la hora de acomodarse que no llego a mayores, al ser la plaza de toros bastante estrecha en sus localidades. Eso sí, el coso mostró mucha más afluencia que en la anterior jornada.

Morante de la Puebla comenzó con “Sosegado”, un astado de 498 kilogramos y cuatro años de edad. Un toro con poca fuerza al salir, que parecía perezoso pero resultó engañoso. A la hora de ejercer su tarea, al picador casi lo tira del caballo. Su celo por este produjo el rechazo del público que empezó a abuchear. Morante pudo hacer poco con él y comenzó mal la tarde. Vio el peligro en el astado y quiso terminar rápido, lo que produjo el rechazo del público. Intentó hacer algunos pases que incluso pusieron en peligro al matador y no quiso seguir. Así, el torero quiso rematar la faena antes de tiempo. Clavó el estoque al toro, pero este se resistía a caer, lo que provocó más malestar entre los asistentes, que al grito de “fuera” pedían que este fuese rematado. Hasta tal punto que la cuadrilla se retiró al cabo del rato sin conseguirlo y tampoco fue tras los cabestros, lo que forzó el tener que volver a clavarle la puntilla ante los gritos y el descontento ya desesperado del público.

José María Manzanares comenzó con “Currillo”, de 450 kilogramos. Un toro que tenía mejor pinta al salir y pudo propiciar unos buenos primeros pases al matador. A la hora de picar, también entró con fuerza al caballo, lo que provocó su caída sin daños mayores. Lo mismo le pasó a un banderillero, que tuvo que saltar por encima de las tablas, por lo que el astado tuvo en vilo a todo el personal. Menos mal que, seguidamente, si dio juego y Manzanares pudo lucirse, matando al toro en el primer intento entre los aplausos de la gente. Aun así tardo en caer produciendo de nuevo nerviosismo en las gradas. Tras esta faena, la Presidencia dio al matador las dos primeras orejas de la tarde entre aplausos y vivas.

Pablo Aguado se enfrentó a su primer toro, “Fumador”, de 445 kilogramos. El mejor de la tarde hasta el momento, ya que le dio mucho juego al torero desde primera hora y apenas alguna complicación. Entre el público se comentaba que podía haber toreado más, pero clavó el estoque a la primera y el toro, en esta ocasión, tardó menos en caer. Dos orejas fueron el resultado de esta primera faena de Aguado.

Morante de la Puebla se las vio con “Asustadizo”, de 460 kilogramos. Con este toro tuvo mayor suerte que con el primero, y aunque los abucheos de algunos asistentes lo desmotivaron levemente, el toro era del agrado y dio que hacer. Los defensores se perdían en “oles” en cada pase, para rematar la faena a la primera, con caída rápida del toro. Sin embargo, la Presidencia solo concedió una oreja, con la que Morante se retiró sin dar la vuelta al ruedo.

A José María Manzanares le tocó como segundo toro “Juguetón”, de 440 kilogramos. El picador hizo un buen trabajo y gustó mucho la forma de colocar las banderillas. El torero fue breve en los primeros pases para lucirse, un poco más, en el tramo final y pegar un buen estoque al astado. El toro tardó en perder fuerza, para caer finalmente. Poca respuesta del público, que no pidió muy efusivamente una segunda oreja, por lo que quedaría con solo una de ellas, la tercera de la tarde para él. El público linarense esperaba mas de Manzanares, pues aunque hizo un buen trabajo fue bastante breve.

El último astado de la tarde que fue para Aguado. Se trató de “Tristón”, de 460 kilogramos, que resultó ser un buen toro y propició al torero una buena faena. Sin embargo la presidencia no rindió una tercera oreja al matador, que pudo salir igualmente por la puerta grande, ya que tenía dos orejas cortadas en el primer toro. Aun así, saludó a su público antes de finalizar el festejo. De esta forma, los dos toreros salieron a hombros entre los aplausos del público, que ya empezaba a abandonar la plaza de toros linarense.

En reserva quedaron dos toros, “Pillito”, de 493 y “Asesino”. No fue necesario ninguno de ellos, ya que la ganadería ofreció unos buenos astados en términos generales. Un balance positivo de estos dos festejos taurinos, que pudieron vivirse durante esta Feria de San Agustín 2019. Acudieron muchas personas de otras provincias y ciudades, que quisieron acudir a alguna de las dos corridas de las fiestas linarenses. El lugar se llenó prácticamente al completo, algo que es de agradecer, ya que en las últimas ocasiones la venta de entradas no fue tan mayoritaria.