La patrona reluce en un bello discurrir por Cuevas de Ambrosio
La Virgen del Rosario cautiva el corazón de los fieles en su ascenso a Cortijo de las Piedras

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La pedanía beatense de Cuevas de Ambrosio vivió uno de los momentos más esperados del año con la Virgen del Rosario procesionando, un año más, por las calles del pueblo. La patrona de la pedanía despertó todo tipo de sentimientos en su transitar, ya que la imagen mariana volvió a ascender desde la aldea hacia la casa de “Antonio Chaquetas”, en Cortijo de las Piedras, donde fue resguardada para su nuevo discurrir. La comitiva que acompañó a venerada talla fue numerosa, como ocurre en cada edición. Los sones corrieron a cargo de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Preso que entonaron música celestial para la madre de los residentes de Cuevas de Ambrosio.
El fervor y la devoción profesado por los vecinos a la Virgen del Rosario fue ostensible en cualquier momento del recorrido. El ambiente, inmejorable, estuvo marcado por ansiados reencuentros de amigos y familiares, que se unieron en torno a una talla que lo es todo para los que viven en la aldea y para aquellos que un día tuvieron que marchar. Y es que tanto vecinos como visitantes aprovechan estos días para disfrutar de unas apetecibles vacaciones en un enclave privilegiado, puesto que su localización hace que la festividad adquiera más empaque. Al día siguiente, la patrona descendió nuevamente hacia a la aldea portada por sus incondicionales anderos.
“Llevo viniendo a estas fiestas desde hace doce años. Vengo de Castro del Río, en Córdoba. Para mí es una festividad muy entrañable”, aseguró Cristóbal Padilla. Para María del Mar Manjón, venida desde Barcelona, estas fiestas son una tradición de toda la vida y una oportunidad de recordar viejos tiempos. “Llevamos viniendo a Cuevas de Ambrosio hace más de cincuenta de años. Yo soy de Villanueva del Arzobispo y mi mujer es de aquí”, comaprte José Manjón. Según Paqui López, las fiestas “representan lo que es la aldea de Cuevas de Ambrosio y Cortijo de las Piedras” además de significar mucho para sus vecinos. “Desde pequeños nos hemos empapado de este ambiente festivo. Y ahora no iba a ser menos”, apostilló Gregorio Garcelán.