La fiesta y la alegría no cesan

Días de fiesta y de unión para los vecinos de la aldea de La Cerradura en honor de Nuestra Señora de la Purísima Concepción. Las calles se llenan durante estas jornadas de jolgorio y alegría que, junto a una programación con un sinfín de actividades, convierte al lugar en un ambiente de festividad pura. El deporte fue uno de los protagonistas de dar la bienvenida a estos actos que, por la noche, fueron de baile y galardones. Teresa Rodríguez, una mujer de 94 años, la de mayor edad en la aldea, recibió un merecido reconocimiento por este logro. No fue la única, ya que el municipio ensalzó también a su míster y miss para las fiestas de este año. Lo cierto es que aunque todavía están en los primeros días de fiesta, el ambiente en la aldea no podría ser mejor. “Están yendo muy bien. Hay mucho ambiente y se han recuperado mucho con respecto a otros años. Hemos hecho una paella también”, reconoce sobre los festejos de este año Gregorio Pérez, alcalde de La Cerradura.

Pero la fiesta sigue y el día de ayer no pudo ser menos. Concursos y carreras pensadas para los más pequeños pero en las que los grandes se comportaron como niños y disfrutaron al mismo nivel. A partir de las 14.30 comenzó una gran paella gratuita en la que todos los vecinos estuvieron invitados. A lo largo de la tarde se sucedieron otros juegos y actos divertidos con las que los chicos tuvieron la oportunidad de pasar una gran jornada lúdica.

Hoy se cierran las fiestas y, por esta razón, lo hacen con toda la carne en el asador, para que los vecinos recuerden estos días con mucha intensidad a la espera de que se vuelvan a repetir. Una actividad infantil, un concurso de jamón, una fiesta de la espuma y diferentes carreras desglosan la parte más destacada de la programación durante la mañana y la tarde. Es a partir de las 22:30 horas cuando la música regresa a la villa para que los vecinos bailen de la mano de del Trío Cristal. Sin embargo, el verdadero cierre tendrá lugar a partir de las 00:00 horas, con una gran colección de fuegos artificiales.

Mientras el cielo se ilumina y la noche se llena de colores en la aldea de La Cerradura, los vecinos tendrán que despedirse de unos días de fiesta con mucha magia e ilusión mientras esperan, con paciencia, que la celebración regrese para disfrutar de grandes momentos.