La Casa Palacio ya es del pueblo de Torrequebradilla

El Ayuntamiento acoge el acto de la firma de donación del edificio por la familia propietaria y el alcalde insta a unir esfuerzos para rehabilitarlo

29 sep 2022 / 16:11 H.
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El pueblo de Torrequebradilla, perteneciente al municipio de Villatorres, ha marcado en su calendario un día histórico. La Casa Palacio de los Condes de Torralba pasó en la jornada de ayer a titularidad pública y, ahora, es de todos los vecinos. “Este Palacio siempre ha sido de familias privadas, pero ahora la familia sois vosotros”, dijo Enrique Pérez, hasta ahora uno de los propietarios de este bien inmueble y uno de los causantes de que este edificio sea ahora público gracias a la donación de esta familia.

Es el edificio civil más emblemático que tiene el municipio de Villatorres, que comprende los pueblos de Torrequebradilla, Vados de Torralba y Villargordo y que ahora ha cambiado totalmente de rumbo. “Espero contar tanto con el apoyo de todos mis compañeros políticos, que ya me lo han ratificado, como de todos vosotros para conseguir la financiación necesaria para rehabilitar este gran edificio”, dijo el alcalde de Villatorres, Miguel Manuel García, en el pleno extraordinario celebrado en el salón de actos de Torrequebradilla. Antes de esto se produjo el traspaso de este inmueble en una notaría de Mancha Real. Este pleno solo tuvo que aceptar esta donación, que fue unánime por parte de todos los grupos que conforman este Ayuntamiento. Posteriormente se realizó, en la Plaza El Horno, un descubrimiento que la Administración local quiso hacer a esta familia, concretamente a Lucrecia Pérez y Lucrecia Bedmar.

<i>Pleno extraordinario celebrado en el Ayuntamiento. / M. A. Muñoz / Diario JAÉN.</i>
Pleno extraordinario celebrado en el Ayuntamiento. / M. A. Muñoz / Diario JAÉN.

Por su parte, la alcaldesa de Torrequebradilla, Dolo Bedmar, dijo: “Es un día muy importante tanto para la historia de Torrequebradilla como para la historia de mi familia. Es difícil hablar del palacio sin poder mezclar lo que siento hacia ambas cosas. Por fin podemos decir que el palacio es nuestro, de nuestro pueblo, de Torrequebradilla, pero además también puedo decir que por fin se ha hecho la voluntad de Lucrecia Bedmar, mi tía, esa que siempre ha querido que finalmente el palacio fuera del pueblo”. “Mis agradecimientos para todas aquellas personas que han asistido y que han podido ser partícipes de este momento tan especial para Torrequebradilla. Esperemos que esa ansiada subvención se haga realidad y por fin podamos ver nuestro palacio en todo su esplendor. Aunque estoy segura que si no es esa, seguiremos luchando para que sea cualquier otra que haga que brille como se merece”, prosiguió. Esa subvención de la que Dolo Bedmar habla es el Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos de entidades Locales (Pirep). El Ayuntamiento ya presentó el proyecto de rehabilitación pero hay una condición que no cumplía, y es que no era de titularidad pública. Ya sí lo es y la Administración local tratará de presentar este documento la semana que viene en Madrid para tratar de conseguir la cantidad de aproximadamente un millón y medio de euros. Otro objetivo que se buscará será que el edificio sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Si esto se consigue, también se pondrá acceder a diferentes subvenciones para mejorar aún más el inmueble. El proyecto de rehabilitación se presentó el pasado 22 de junio en el salón de actos de Torrequebradilla. Allí, con la presencia del ingeniero José María Martos y el arquitecto Marín Aranda, desgranaron todos los detalles que el proyecto tenía. Los único que perturbaba por aquellos entonces era la titularidad pública y la subvención Pirep. Lo primero ya ha llegado. Ilusión no falta, desde luego, para que lo segundo se haga también realidad.

<i>Estado de la Casa palacio de los condes de Torralba. / Blas Delgado.</i>
Estado de la Casa palacio de los condes de Torralba. / Blas Delgado.

Un día para la historia

Juan Bedmar González (*)

La Casa-Palacio de los Condes de Torralba se encuentra situada en la parte más alta de la villa de Torrequebradilla, cimentada sobre un cerro a cuyo relieve se va adaptando. Se trata de una enorme casona que tuvo funciones defensivas, residenciales y casa solariega para administrar las tareas agrícolas y ganaderas de sus dueños, sirviendo a la vez como almacén de las cosechas de sus propietarios. Tiene su origen en el siglo XIV, en tiempos de los Mendoza de Jaén y no se puede descartar que estuviese construida sobre los restos de antiguas fortificaciones. No obstante, el edificio que vemos hoy (si no tenemos en cuenta su estado ruinoso) es el resultado de las modificaciones que los Condes de Torralba y, principalmente el primero de ellos, Íñigo Fernández de Córdoba y Hurtado de Mendoza, mandaron realizar.

Íñigo resultó un militar brillante y con gran prestigio social que participó económica y personalmente en diversas campañas militares que la Corona española tenía en el norte de Italia y Sicilia. Fue el I Conde de Torralba y también heredó de sus antepasados el título de Señor de Torrequebradilla. Quizá por ello, tuvo un especial interés en dotar a esta villa de una edificación digna de su rango como conde y que, a la vez, sirviese como sede administrativa de sus posesiones en el lugar. Para ello, reformó el palacio-fortaleza que Juan de Mendoza se había construido dos siglos antes, dotándolo de elementos arquitectónicos más señoriales inspirados en las villas italianas de la época. El edificio está construido con sillería regular, consta de dos plantas y su cubierta está forrada con teja árabe. Tiene anexado un torreón de tres plantas, así como otras estancias destinadas a cuadras, dependencias de servicio, etc., que posteriormente se añadieron para acomodarse a las necesidades de cada época. Tiene también una parcela o corral anexo, todo cercado por tapias de mampostería.

El acceso principal se realiza a través de tres esbeltos arcos de medio punto, quizá construidos en el siglo XVII, que soportan la galería dintelada de la primera planta y desde donde se divisan unas excelentes vistas de las Sierras de Jaén, Mágina y Cazorla. A ambos lados de los arcos hay dos cuerpos cerrados, y a la derecha el torreón.

Este torreón es la parte más alta y quizá la más antigua del edificio. Consta de tres plantas y presenta restos de elementos defensivos. Como matacanes o troneras. Esta impronta defensiva de la Casa Palacio podríamos atribuirla a Juan Hurtado de Mendoza, antepasado de Íñigo que vivió en el siglo XV y se refugiaría en este edificio cuando estuvo expulsado durante un tiempo de la ciudad de Jaén porque se le buscaba para vengar su relación con el asesinato del Condestable Iranzo.

Otra de las partes más interesantes del interior de este edificio emblemático son sus silos y bodegas, que ocupan gran parte de la Casa y servían para almacenar las cosechas de cereal y de las aceitunas provenientes de los pocos olivos que entonces había. Se trata de un edificio único y singular en Andalucía y España, dado que reúne tres características que conjuntamente no se han encontrado en ninguna otra edificación: es una casa fortificada, con elementos claramente defensivos; tiene silo de almacenaje de granos y otros frutos del Mayorazgo de Torrequebradilla; y es una casa palaciega con elementos propios de algunas construcciones italianas del siglo XVII.

Pero todo el esplendor que en su día pudo tener se perdió a partir del siglo XIX con la caída del régimen señorial y el advenimiento del régimen liberal. Con el tiempo, la Casa Palacio dejó de pertenecer a los Condes de Torralba para pasar a otras manos privadas y menos pudientes, acentuándose así su declive. Tal vez por el desconocimiento de su importancia histórica, sus dependencias se destinaron a usos tales como cárcel, escuela, vivienda de muchas de las personas que huían de la Guerra Civil, establo para ganado, etc. Incluso el reloj solar instalado en una de sus fachadas fue “desmontado” por un particular sin que conozcamos en la actualidad su paradero y algunas de las rejas de las ventanas del edificio seguramente se encuentren ahora en algún palacio de Jaén o Baeza. También han sido sustraídas tejas y piedras. Así hemos llegado al lamentable estado que el descuido y el paso del tiempo han propiciado, hasta el punto de que la Asociación Hispania Nostra, colectivo que denuncia los monumentos que se encuentran en grave riesgo de desaparición en nuestro país, lo tenga incluido desde 2017 en su Lista Roja del Patrimonio. Pero este miércoles, 28 de septiembre de 2022, un nuevo rayo de esperanza se abre en el largo calvario sufrido para la restauración de esta Casa Palacio al pasar, por primera vez en su historia, de manos privadas a públicas. Ello ha sido posible gracias a la donación desinteresada que los herederos de Lucrecia Pérez Moreno y su nieta Lucrecia Bedmar Sánchez han hecho al pueblo de Torrequebradilla, lo que facilita enormemente su declaración como Bien de Interés Cultural y su restauración. Así, nuestras generaciones futuras podrán disfrutar de este emblemático edificio que tanto valor histórico y sentimental tiene para Torrequebradilla.

(*) Estudioso de la historia de Torrequebradilla

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