La Asociación Abriendo Camino homenajea a Diario JAÉN por su 80 aniversario

Relacionarse con la gente, hacer amigos, estudiar, ir a la universidad, encontrar trabajo, tener una vida independiente. Son cosas, en apariencia, nimias, todo a lo que una persona normal y corriente aspira, logros vitales casi de perogrullo. Sin embargo, aunque quienes integramos una mayoría social mal llamada “normal” no somos capaces de verlo, existen una serie de barreras que no se advierten con los ojos pero que están ahí, firmes y tercas, y que dificultan sobremanera el día a día y las aspiraciones de una serie de personas con capacidades distintas a las nuestras. Tienen carencias, claro, pero, ¿quién no? La cuestión no es lo que a uno le cueste hacer algo, sino de qué manera podemos contribuir a eliminar todos los obstáculos de una sinuosa senda llamada vida.

Abriendo Camino no es un nombre escogido al azar. Esta asociación de Mengíbar, presidida por Sebastián Zamora, lleva desde el 21 de noviembre de 2001 trabajando sin descanso por mejorar la calidad de vida de personas con algún tipo de discapacidad. Son cientos de niños los que han pasado ya por las manos de sus profesionales y voluntarios, pero, aunque son muchas las barreras que ya se han eliminado, aún quedan muchos pasos que dar para que la sociedad sea capaz de otorgar el sitio que los usuarios del colectivo se merecen como personas con inquietudes, ilusiones, deseos y aspiraciones que son. Igual que cualquiera, ni más ni menos.

Ayer, Día Mundial de las Personas con Discapacidad, la familia de Abriendo Camino se congregó en la Casa de la Juventud de Mengíbar para celebrar una jornada de convivencia. Fue la primera vez que usuarios, familiares y profesionales se reunieron en estas instalaciones de nuevo cuño. Entre manualidades, crismas, futbolines, videoconsolas y otros suculentos entretenimientos Diario JAÉN se coló, durante un rato, en la fiesta. Fue, eso sí, tras aceptar la invitación del propio colectivo, que quiso brindar a este periódico un cálido homenaje por su 80 aniversario. Al unísono, usuarios, voluntarios, padres, madres y profesionales de Abriendo Camino se reunieron en una de las salas para, al unísono, cantar un emotivo “Cumpleaños feliz” a Diario JAÉN, sin duda, uno de los más especiales de cuantos se han entonado a lo largo de este 2021 en honor de este periódico. El presidente del Consejo de Administración de DIARIO JAÉN, S. A., Eleuterio Muñoz, recogió de primera mano todo el cariño de la asociación mengibareña, un largo y ancho abrazo de quienes demuestran a diario a la sociedad que no hay barreras posibles que limiten el avance de la vida. “Estamos muy agradecidos por este homenaje que nos brindáis, pero los más importantes aquí no somos nosotros, sino vosotros, vuestra labor ímproba en favor de las personas con algún tipo de discapacidad. Este reconocimiento a nuestra trayectoria lo acogemos con cariño, pero es anecdótico; vuestro trabajo sí merece un premio eterno”, expresó Muñoz, quien, además, trasladó “todo el apoyo” de este periódico para con su causa. “Estamos a vuestro lado”, sentenció.

Antes de la fiesta en la Casa de la Juventud de Mengíbar, por la mañana, padres y madres de usuarios de Abriendo Camino repartieron hasta 2.000 hoyos entre los tres colegios y el instituto del municipio, donde, previamente, los alumnos habían elaborado carteles sobre el Día de las Personas con Discapacidad. “Todos somos iguales y todos somos diferentes. Hemos querido concienciar a los niños, sobre todo, de que respeten incluso las discapacidades que no se ven, las que no son físicas, porque quienes las sufren suelen ser los más discriminados”, explicó una de las psicólogas de la asociación, Isidori Fernández.

Actualmente, son ocho profesionales —tres psicólogas, tres logopedas, una fisioterapeuta y una trabajadora social— las que prestan atención a los niños de más de 6 años de Abriendo Camino. Estos usuarios reciben su tratamiento individual y las terapias acorde al trastorno que padecen. Antes de los 6 años pasan por el equipo de atención temprana. José Ronquillo fue uno de esos niños. Ahora tiene 19 años, pero llegó a Abriendo Camino con 4. “Tenía problemas de habla, ahora los he superado y ayudo a otros niños”, explica. Es el vivo ejemplo de que el trabajo tiene su recompensa y de que las barreras, sobre todo las mentales, pueden esquivarse.