La Alfarería de Jaén es vida, cultura, economía y, ahora, Bien de Interés Cultural

El Consejo de Gobierno de la Junta la dota de esta figura de protección, cuyo objetivo es garantizar que perdure como tradición milenaria

05 jul 2023 / 09:03 H.
Ver comentarios

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha aprobado la inscripción de la alfarería de la provincia de Jaén como Bien de Interés Cultural (BIC) con la tipología de Actividad de Interés Etnológico. Es un anuncio esperado y merecido para esta tradición artesana arraigada en la provincia. La declaración de BIC se ha hecho a instancias de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte para que así quede recogido en el Catálogo General del Patrimonio Histórico (Cgpha). La artesanía jiennense del barro es una tradición milenaria. Las primeras evidencias materiales de producción alfarera en la provincia son las de la cerámica cardial asociada a la economía neolítica inicial, presente en dos cavidades de las sierras orientales, la Cueva del Nacimiento, en Pontones, y Valdecuevas, en Cazorla. Esta actividad constituye una importante expresión del patrimonio cultural en la provincia, tanto por su relación con los fundamentos teóricos y conceptuales como por su inclusión como patrimonio etnológico en el marco legal y normativo, tal y como remarcó la Junta de Andalucía. Hasta seis municipios cuentan con presencia de producción alfarera: Alcalá la Real, Andújar, Arjonilla, Baeza, Bailén y Úbeda. La alfarería forma parte de la cotidianeidad en la Península Ibérica desde hace aproximadamente ocho mil años, habiendo sido utilizada para tareas funcionales vinculadas a la supervivencia y para garantizar su reafirmación como colectivo.

El expediente de inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz también valora la alfarería como actividad potencialmente sostenible. Así, es sostenible de forma ambiental, económica, social y política en los términos que expresa la Cartade la Tierra de la conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en el año 1992. La tradición alfarera en Jaén tiene numerosos vestigios arqueológicos. En Andújar, destacan los alfares íbero-romanos de Isturgi en la pedanía de Los Villares, que fue un gran centro productor de la llamada “terra sigillata”, en lossiglos I y II de nuestra era. Se caracterizaba por su color rojo y llegó a través de la cuenca del Guadalquivir al norte de África y Mauritania. En Baeza aparecieron restos cerámicos prehistóricos en diferentes localizaciones. Los más representativos son el poblado de la Fuente de la Piedra, Puente del Obispo, Estación de Begíjar, Puente de Mazuecos y el conjunto histórico del Cerro de Alcázar. En Arjonilla se da cuenta de este saber acumulado desde la Edad de Bronce en los restos encontrados en Cerro Venate, que se corresponden con la cultura campaniforme de vasos acampanados, de color rojizo o marrón-rojizo, decorados con bandas horizontales, incisión de temas geométricos o rayados. Y por último, en el Fuero de Úbeda —concedido poco después de la conquista cristiana en 1233— ya se hace mención a los trabajos de tejeros y olleros, los que hacen tejas y ollas, regulando los precios y características que deben tener estos materiales.

Sin duda, motivos y vestigios más que suficientes para que un oficio tan arraigado en Jaén como es la alfarería merezca este título de Bien de Interés Cultural.

Provincia