Últimos días de la Escuela de Verano Guardabosques
Una edición más, el campamento apuesta por ofertar actividades bilingües
Con la llegada del verano, algunos pequeños echan de menos la actividad en el centro educativo, el contacto con otros compañeros y el tiempo libre que dedican en el recreo a hacer actividades en grupo. Con la implantación de la Escuela de Verano, que cuenta con el respaldo del Consistorio, hubo unos años en los que agosto aparecía desierto para los menores. Pero desde hace más de una década, la primera quincena de agosto sigue siendo un lugar de encuentro y aprendizaje para aquellos que deseen continuar con actividades al aire libre y hacer nuevos amigos.
Si exitosas fueron las anteriores ediciones, la de este año batió récords con la asistencia de bastantes niños que se apuntaron a la XIII edición de la Escuela de Verano, de Guardabosques. Muchos de ellos terminaron la que se lleva a cabo durante julio y se apuntaron a la organizada por Guardabosques, mientras que para otros es la primera vez que participan.
Esta decimotercera edición es, además, la quinta de carácter bilingüe, con monitores provenientes de distintas partes del mundo, actuando como voluntarios internacionales que vienen no solamente a formar a los más pequeños, sino a convivir en Jódar y conocer Sierra Mágina. En total son 31 alumnos y 15 voluntarios llegados desde Polonia, Francia, Italia, Grecia, Turquía, República Checa, Francia, Japón o Estados Unidos. Todos ellos, gracias a la Asociación De Amicitia, una ONG sin ánimo de lucro ni vinculación política alguna, que desarrolla sus actividades dentro de tres áreas: abogacía, formación y voluntariado.
Por su parte, el Ayuntamiento colaboró con Guardabosques aportando el alojamiento y la manutención de los voluntarios acogidos, habilitándose las instalaciones de Huerto de la Cora, aunque anteriormente solían quedarse en la guardería municipal, que actualmente se encuentra en obras.
Juan José García Vílchez, presidente de la asociación ecologista “Guardabosques de Jódar”, resalta la importancia del bilingüismo ya que los alumnos salen bastante satisfechos con poder practicar este idioma durante el tiempo en el que están de vacaciones para no olvidar lo aprendido a lo largo del curso. Además, declara que los voluntarios solo hablan inglés, por lo que el vínculo entre alumnos y monitores se convierte en una manera amena y sencilla de trasladar a los más pequeños el interés por la lengua más utilizada del planeta.
En esta edición se continuó con los tradicionales juegos medioambientales, manualidades y talleres.