Jaén se convierte en un refugio donde poder sonreír

Los niños del proyecto “Un respiro de esperanza” se integran en la provincia

18 ago 2024 / 11:04 H.
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Lejos de su hogar amenazado por la guerra, un grupo de 45 niños de Ucrania ha encontrado en la provincia jiennense su refugio. A principios de agosto, bajo el proyecto “Un respiro de esperanza”, los menores procedentes de un orfanato en Dowbysz y de un colegio en Kulikowka cruzaron el continente para escapar temporalmente del entorno hostil, y gracias al cazalillero Antonio Funes, la sonrisa ha vuelto a sus rostros.

De punta a punta, los menores emprendieron su viaje en el Rincón de la Victoria, de ahí a Castillo de Locubín, para continuar con una visita al Santuario de la Virgen de la Cabeza en Andújar; pasando por Cazalilla, Baeza, Mengíbar, Jaén, Úbeda, Hornos, Segura de la Sierra hasta llegar a su destino final, Orcera. Y aún les queda mucho que recorrer en la última semana de estancia.

“Todo compensa cuando los monitores que vienen con ellos te dicen que se han olvidado de la guerra”, asevera Antonio Funes, quien explica que la guerra obliga a estos visitantes a estar pendientes del móvil las 24 horas del día por las alarmas antiaéreas. Además, el impulsor del proyecto comenta que los niños han recuperado la sonrisa que tenían antes del estallido de la guerra. “Eso no tiene precio”, manifiesta Funes.

“Me llevo la satisfacción de que los niños han desconectado, por eso llamamos al proyecto “Un respiro de esperanza”, añade. No sólo los monitores y niños ucranianos se han evadido de la situación de su país, sino que también se han integrado en las costumbres de los municipios que visitan, como en Orcera, donde disfrutaron de sus fiestas y sus encierros. “Por pocas los puedo sacar de las vacas. Yo pensaba que no les iba a llamar la atención y se lo pasaron muy bien”, alega. Durante el día de la festividad de la Asunción, los niños asistieron a misa y llegaron a portar en hombros una imagen. Asimismo, en su visita a la Catedral de Jaén pudieron ver el Santo Rostro.

Son tres semanas en las que los menores se embarcan en un viaje cultural por la provincia, con el apoyo del municipio de Orcera, que además ha conseguido muchos donativos para ahorrar para comprar una furgoneta para el orfanato. “Lo bonito de esta historia es que todos quieren conocer a los niños y yo les digo que su esfuerzo está en la sonrisa de los niños, en el abrazo que dais”, añade emocionado Antonio Funes.

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