Inquebrantable devoción hacia la Virgen de Fátima en Hornos

Las altas temperaturas no impiden a los devotos cumplir con su romería de mayo

31 may 2025 / 20:27 H.
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En la Plaza Rueda de Hornos de Segura, en torno a las diez de la mañana, no parecía haber ambiente festivo, pese al círculo rojo que marcaba la jornada en el calendario. Los pájaros eran los únicos que rompían la calma y el mirador del Aguilón recibía la brisa que se escapaba del pantano sin estremecerse un solo ápice.

Poco a poco comenzaron a aparecer vecinas, vestidas con atuendos romeros y calzadas con botas de campo que se congregaban en torno a la pequeña escalinata del templo parroquial, informa Pablo Espinosa. Se abrieron los portones de madera y apareció ella, la otrora reina de La Garganta, que volvía otro mayo para comprobar que la fe y devoción de sus fieles seguía intacta, como si el tiempo no hubiera pasado desde que cada primavera La Capellanía, Barranco Cano o Cortijo Martín Sánchez se rindieran ante su imagen divina. Comenzó la marcha y comenzaron los cantos y rezos. En cada esquina que cruzaba se unían nuevos fieles que no querían dejarla sola en su transitar.

Pies descalzos rozaban el asfalto, afrontando valientes las pendientes que la orografía había situado en el camino de fe hacia las entrañas del monte segureño. “Tengo que cumplir con mi virgen, siempre le pido y ella me cumple. Ahora me toca a mi”, confesaba orgulloso uno de los devotos que pagaría su promesa con los pies desnudos. El Tranco de fondo, los pinos de testigo y la Virgen de Fátima presidiendo el abrupto camino componían la estampa. Primera parada, para dejar paso al tráfico anormal que perturbaba el paso romero. Trago de agua, pañuelo en la frente para secar el sudor y reanudada la marcha.

Con el paso de los minutos, las altísimas temperaturas hacían mella en las piernas de los hornenses, pero una mirada al rostro de Fátima, era suficiente para aguantar el trecho hasta la siguiente sombra. Segundo alto, café, zumos y tortas para combatir el hambre y afrontar el último tramo. Al fin El Control, al fin la promesa cumplida. Se acomodó todo para la eucaristía y los feligreses suspiraron por ver a su virgen de Fátima, entre cantos y vítores, coronada de nuevo en el monte.

Elisabeth Martínez Fernández ha afirmado que la Virgen de Fátima les infunde devoción, porque mucha gente hace el camino para acompañarla y oír la eucaristía. Asimismo, María Martínez Chamorro cuenta que este es el pueblo de su padre, por lo que trata de venir todos los años porque quiere inculcarle a sus hijos las tradiciones del pueblo y sus costumbres. “Celebramos la romería en honor de la Virgen de Fátima, venimos hasta El Control y tras la eucaristía nos juntamos para comer en familia”, ha dicho José Julián Martínez Fernández. “Mi marido sí es de aquí, yo soy adoptada. Cada año me gusta más porque se anima más gente joven a hacer el camino y eso da alegría”, ha apostillado José Fina del Moral Méndez. María Aurora Sola Escalera ha puesto en valor que hacía muchísimo calor y, por eso, la gente mayor y los que tienen niños pequeños suben un poco más tarde, para juntarse a comer todos.

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