Indignación ante las monterías en el Parque Natural de Cazorla
Izquierda Unida, empresarios y hosteleros reclaman a la Junta su prohibición

La difusión de unas truculentas fotografías en las que se observan piezas decapitadas y evisceradas entre mucha sangre dispara el descontento por las monterías en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Las peticiones para que la Junta de Andalucía prohíba tal práctica en el espacio protegido proceden de diferentes ámbitos.
Entre los colectivos más beligerantes se encuentra IU, que habla directamente de “maltrato animal”. El concejal cazorleño de la coalición, Francisco Amores, señala que solicitó formalmente la petición como miembro de la junta rectora, como alegación a la renovación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales y el de Usos y Gestión. El edil asegura que no está en contra de la caza, pero que esta debe ser “regulada y sostenible”, algo que no se cumple con las batidas.
En el documento, Amores basa su acusación en que “algunos perros sufren heridas y cortes en los ‘agarres’, por parte de los jabalíes”, y dice que, si los ejemplares “no merecen la pena”, son abandonados o rematados. Por otro lado lamenta el “espectáculo” que pudo verse en la montería del sábado 4 de febrero, con especímenes de caza mayor destrozados y celebrada, además, junto a una buitrera. Destaca que la situación dejó impactados a unos senderistas. El representante municipal de IU carga contra los efectos negativos de que se suelten los perros en un espacio protegido en el que existen especies amenazadas, con el consiguiente peligro para su preservación. El coordinador provincial, Francisco Javier Damas, avala sus palabras y dice que antes de las batidas se ceba a las reses y que falta “control”.
Por su parte, Miguel Ángel García, presidente de la Asociación Comarcal de Empresarios de Cazorla, es tajante: “Para lo que reportan las monterías, no merece la pena trasladar el panorama de un lugar en el que se hace una modalidad no muy deportiva”. Indica que los beneficios económicos son escasos, pues los participantes llegan por la mañana y se van por la tarde e incluso acuden ya con un cáterin. Destaca que las matanzas generan mala imagen y no casan con el turismo sostenible del parque. “Entre otras cosas es una cuestión de estética”, apunta. Recuerda los perjuicios para los visitantes, como el corte de pistas forestales. “Las monterías no son apropiadas para un espacio natural con tanta afluencia turística y hay que optar por modalidades de caza más selectivas”, asegura, por su parte, José Ayala, presidente de la Asociación de Empresas de Alojamiento de la Provincia de Jaén.
El informe de la reserva andaluza de caza de Cazorla y Segura correspondiente a la campaña 2015-2016 cifra en 27.755 euros los beneficios generados por el conjunto de la actividad cinegética. Se trata de algo más del 10 por ciento de los 238.103 euros de ingresos estimados, ya que los gastos se cifraron en 210.347. Desde Izquierda Unida, Francisco Amores llama la atención sobre la escasa cuantía cosechada, máxime si se tiene en cuenta el impacto ambiental que se genera en el parque. Por otro lado, el edil critica el empleo de procedimientos de puja que, a su juicio, excluyen a cazadores de la zona y limitan la práctica de la cacería a los más pudientes. El documento cifra en 280 los animales abatidos la última temporada —108 jabalíes, 48 muflones, 43 ciervas, 22 ciervos, 18 gamos y 4 muflonas—. Las cinco monterías registradas se desarrollaron en los parajes de los Torcales del Lobo, La Presilla-Chozuelas, Guazalamanco, La Bolera-Prados de Cuenca y San Román. En cuanto a la modalidad cinegética denominada rececho —mucho más selectiva— las cantidades resultaron todavía mayores. Se cobraron 774 piezas —290 gamos, 220 muflones, 186 ciervos, 48 cabras monteses y 30 jabalíes—. Las monterías permitieron ingresar 36.978 euros muy por debajo de los 114.895 generados por los recechos. Las batidas de carácter no selectivo contaron, de acuerdo con la estadística he- cha pública por Medio Ambiente, con 250 puestos repartidos por los Torcales del Lobo-El Almicerán, Guazalamanco, San Román y Poyo de Santo Domingo.