Huelma ensalza sus tradiciones en la segunda Fiesta de la Matanza

El cerdo se convierte en el protagonista de una experiencia auténtica para revivir la esencia de las raíces rurales

11 nov 2024 / 09:18 H.
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Con la llegada del frío invierno, no eran pocas las familias que buscaban la forma de alimentarse. Mientras que en la actualidad el proceso es tan sencillo como dar un pequeño paseo hasta la tienda más cercana, antiguamente no todos podían permitirse abastecerse durante tantos meses. Es por ese motivo que, con la matanza del cerdo y a través de los diferentes métodos de conservación a través del aceite o la sal, convertían las despensas de sus casas en auténticos supermercados. Es por eso que, con el propósito de promover y no dejar que esta tradición caiga en el olvido, desde el año pasado Huelma comenzó a celebrar la Fiesta de la Matanza.

En su segunda edición, el Parque de la Calesera se llenó de decenas de vecinos y visitantes de Sierra Mágina que quisieron recordar aquella labor que realizaban en estas fechas sus familiares. Durante el pasado fin de semana, no faltaron los espectáculos de música y baile, un mercado con puestos de chacinas, dulces y chucherías y, por supuesto, las degustaciones. La fiesta comenzaba en la mañana del sábado, con un desayuno molinero con el primer aceite de esta temporada para, posteriormente, encender unas candelas en la plaza con las que elaborar las preparaciones que se repartirían a todos los presentes.

Gracias al trabajo que habían realizado las mujeres de la Escuela de Mayores, los más pequeños tuvieron la oportunidad de probar y de aprender a llenar chorizos, además de disfrutar del auténtico sabor de Sierra Mágina. En esta Fiesta de la Matanza, el grupo de alumnas preparó masa de morcilla y chorizo; y chicharrones con patatas y membrillo. Sin embargo, si hay algo que destaca de la gente de Huelma, es su corazón. Pese a que todas las actividades eran gratuitas, colocaron varias huchas e invitaron a aportar un pequeño donativo para los afectados por el paso de la DANA.

La Fiesta de la Matanza se convirtió así en una experiencia auténtica y enriquecedora, una forma de revivir la esencia de las raíces rurales, de saborear cada plato hecho con dedicación y de recordar la importancia de las tradiciones dan identidad.

Diario JAÉN


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