Homenaje a Mercedes Rodríguez Jiménez, amiga y compañera de los Pizarrines de Génave
“Han pasado cinco años y parece que fue ayer mi querida Merche. Un beso hasta cielo”, tu José
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Dicen que cuando un amor se marcha, algo se muere en el alma. Y qué cierto es, cuando una persona a la que amamos emprende ese viaje, se queda un vacío en nuestro ser que no es reemplazable por nadie, ni nada del mundo. El hueco permanece y solo resta aprender a caminar con la ausencia.
Hace cinco años, Mercedes Rodríguez Jiménez se marchó para alumbrar a su marido, a su familia y a sus amigos desde el firmamento. Y es que Merche, como la llama cariñosamente su marido “su José”, cuida de los suyos a pesar de la distancia, porque siempre fue el fuerte nexo de unión entre las personas que tuvieron la suerte de conocerla. Siempre dispuesta a ayudar con una sonrisa con la que conseguía transformar las penas en menos penas.
La música era su pasión. Hace cinco años, los Pizarrines de Génave le dedicaron unos minutos de música para mostrar el cariño y el respeto que le tenían a Merche, tan simpática, tan cariñosa, tan trabajadora... Un gran ejemplo. Hoy, Joaquín recuerda a Merche como cada segundo del día: “Han pasado cinco años y parece que fue ayer mi querida Merche. Un beso hasta cielo”.
