Fuerza y renovación en la crisis

La Parroquia de San Pedro acoge en Torredonjimeno la misa a San Pedro y San Pablo en el día de fiesta local

30 jun 2020 / 13:03 H.
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Festivo local en Torredonjimeno y el pueblo respiraba una atmósfera totalmente distinta a la de cada 29 de junio. No sonaban “hits” musicales de verbena versionados por orquesta alguna en la estación de autobuses, habitual caseta de día entre el final de junio y el principio de julio; no palpitaba en el ambiente el eco de los sones festivos en la caseta municipal nocturna que acoge la pista polideportiva del Matías Prats cada año, ni tampoco los del jolgorio juvenil, concentrado en el tradicional botellón de la calle Fuente del Mármol, popularmente denominada “Del Infierno” estos días por la gran cantidad de gente que acoge no sólo de Torredonjimeno, sino de diversos puntos de la comarca. No hubo ruidos de brindis de madrugadores ni de aquellos para los que la jornada empieza en el ocaso del día anterior para el mediodía siguiente aún no termina. No hubo, en definitiva, Feria de San Pedro y San Pablo. La incertidumbre municipal por las posibles consecuencias de la pandemia de covid-19 obligó al Ayuntamiento a tomar la decisión —sabia, visto lo visto— de suspender las celebraciones que cada año tienen lugar en torno al Parque Municipal, que también este año se ha quedado huérfano de casetas de tiro, de tómbola, de turrón, de algodón de azúcar y de atracciones —“los caballicos”, como todavía hay quien los llama—. El festivo local, no obstante, se mantuvo como tal, por lo que no faltó la celebración religiosa en honor de —debates sobre la denominación aparte— los dos santos que dan nombre a la feria tosiriana.

La Parroquia de San Pedro cogió la fiesta eucarística, que coofició Manuel Jesús Rus, sacerdote adscrito a dicho templo, junto a los tosirianos Pedro Román y Antonio Montijano. Se cumplieron de forma escrupulosa las medidas recomendadas por las autoridades para evitar contagios de coronavirus en cuanto a limitación de aforo e higiene. Tanto antes como durante la misa se limpió y desinfectó el templo. Además, dos feligresas se colocaron a la entrada de la iglesia para ofrecer gel hidroalcohólico y tomar la temperatura, con un termómetro láser, a todo aquel tosiriano que acudió a la misa.

En su homilía, Rus se refirió a la necesaria “fortaleza” que encarnaba San Pedro para afrontar “tiempos recios” como estos derivados de la crisis sanitaria. Además, el sacerdote se refirió precisamente a los “tiempos nuevos” que toca vivir a la ciudadanía tras el estado de alarma, y puso, en este sentido, a San Pablo como ejemplo de renovación y adaptación. Rus deseó a los tosirianos que pasasen “un día gozoso” e hizo alusión a los santos patronos de Torredonjimeno, San Cosme y San Damián, cuya leyenda cuenta que, como médicos, protegieron al pueblo de una epidemia de peste. Manuel Martínez, al órgano, dejó solemne sello musical en la fiesta religiosa.

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