Flores y cánticos por “La Abuela” y la Virgen Niña en Torredelcampo

Miles de personas acuden al Cerro Miguelico para vivir una procesión de Santa Ana alegre y de mucho pellizco

09 may 2024 / 08:00 H.
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El Cerro Miguelico en Torredelcampo amanecía radiante para vivir su Domingo de Mayo más esperado, el de la Romería de Santa Ana y la Virgen Niña. Desde primera hora de la mañana, las numerosas carpas instaladas ya tenían ajetreo para tenerlo todo listo para ese instante mágico en el que se abre la Ermita de Santa Ana y los anderos sacan en procesión a “La Abuela” bajo los acordes de la Agrupación Musical Santa Cecilia del Campo del municipio, pero sobre todo con los sones de su característico himno. Los anderos subían la empinada cuesta junto a la ermita en busca de la falda de pinos del Cerro Miguelico, donde se llevaría a cabo la eucaristía. Numerosas personas lanzaban flores y pétalos a “La Abuela” y el desfile procesional emprendía su subida hacia Villa Patrocinio entre cánticos y bailes de sevillanas. Ya en la última rampa, había un instante de pellizco cuando acercaban a Tránsito Garrido, en silla de ruedas, hacia Santa Ana y la Virgen Niña. Y tras una entrada a la ermita de flores y cánticos, Alfonso Moral y Ana Moral se daban el “sí quiero” ante “La Abuela”. Una romería de Santa Ana para el recuerdo.

“Los torrecampeños siempre tienen en mente a Santa Ana y han demostrado ser un municipio hospitalario. Me acuerdo de quienes ya no están aquí”, expresaba el alcalde de Torredelcampo, Javier Chica. Asimismo, José Manuel Jurado, presidente de la hermandad, decía: “Hay datos que hablan de Santa Ana ya en el año 1410. Son tiempos convulsos, por eso la paz y el diálogo deben vencer siempre a la guerra”. “Tenemos una hermandad con los Hijos de Jaén de Barakaldo. Una cosa es verlo en la televisión y otra vivirlo desde dentro. Impresiona mucho”, afirmaba Gemma Crespo. “Hace cuatro años que empecé con mi pareja y, desde el primer momento, he vivido un amor eterno a Santa Ana porque hay una devoción enorme”, manifestaba María Jesús Navarro, vecina de Mengíbar.

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