Firmas de 650 tosirianos para exigir que la planta de biomasa sea limpia

Vecinos quieren garantías de que la fábrica no molesta

07 jun 2016 / 11:30 H.

José Gil Trigo Calahorro es uno de los vecinos que presentó alegaciones al proyecto de construcción de una planta de biomasa en los terrenos de la antigua cementera de Torredonjimeno, un proyecto que impulsa la multinacional Gestamp. En un documento, que suscribieron unos 650 ciudadanos de este municipio, llama la atención sobre algunas de las cuestiones derivadas del funcionamiento de esta industria. Su interés, asegura, no es que se paralice, sino que, cuando eche a andar, no cause complicaciones a los residentes en la zona, en torno a los barrios de El Olivo y el PERI. El texto que presentó en el Ayuntamiento habla de una serie de “contradicciones”, como el hecho de que, a tenor de los datos del informe ambiental consultado por este tosiriano, durante el periodo de exposición pública, se reconoce que la población puede sufrir molestias, al estar las viviendas a menos de 50 metros de la industria. También explica que se plantea como una de las opciones la quema de orujillo, cuando se anunció, en un principio, que este combustible estaba descartado y que existen quejas y reclamaciones por otras plantas de biomasa, similares a la que se impulsa en el municipio tosiriano y que, como sostiene este vecinos en su escrito de alegaciones, están más alejadas del casco urbano. El impulsor de este movimiento aclara que hay contactos con otros vecinos con la idea de crear una plataforma que vele para que la planta cumpla con todas las garantías.

El alcalde, Juan Ortega, deja claro que, una vez recibidas estas alegaciones, se les dará respuesta técnica, conforme al asesoramiento de los servicios municipales y de la Diputación. Si se cumplen todos los requisitos, anuncia, se concederá la licencia de obra. Esto puede ocurrir a partir del día 20 de este mes, una vez que expire el plazo dado para algunas notificaciones pendientes a propietarios de la zona, con los que la Administración local tosiriana, por el momento, no ha tenido posibilidad de contactar.

El Gobierno local visitará una planta gemela y estudia invitar a un vecino

El máximo responsable municipal tosiriano, Juan Ortega, deja claro que, una vez que se entra en la fase de alegaciones y estas se resuelvan, resta que la empresa obtenga el certificado de calificación ambiental y, posteriormente, la licencia de obra. Este permiso se otorga automáticamente una vez que se vise el proyecto y se compruebe que tiene todos los parabienes técnicos. Mientras tanto, el Ayuntamiento continúa con los contactos con los expertos y en conversaciones con la propia empresa, para garantizar que todo el proceso marcha según lo previsto. Una de las iniciativas que se plantean es que el Gobierno local, junto con miembros de la Corporación Municipal, visite una planta que Gestamp Biomass tiene en la provincia de Soria, prácticamente idéntica a la proyectada en suelo tosiriano. El alcalde, que está en conversaciones con todos los partidos con presencia en el municipio para hacerles partícipes de todos los avances en la consecución de este proyecto, deja claro que una de las ideas que se baraja es pedir a alguno de los tosirianos que presentaron alegaciones a que conozcan la industria soriana para que, de esta forma, puedan ver “en directo” cómo es el complejo que se pretende construir en los terrenos de la antigua fábrica de cemento, cerrada hace ya casi una década, y resolver cualquier duda.

claves

promesa. El 24 de marzo de 2011 se anunció la reconversión de la cementera en una planta de biomasa. Fue en el marco de un acuerdo que implicó a la Junta y a las dos empresas.

trabajo. Los números que se manejan apuntan a la creación de 30 empleos directos y otros 120 indirectos, tras una inversión millonaria.

Previsión. La idea es que la fábrica de generación de electricidad, a partir de la biomasa, eche a andar antes de 2018. Para ello, las obras deberían de comenzar lo antes posible.

interés. Vecinos, respaldados por partidos y sindicatos, protagonizaron protestas tanto en contra del cierre de la cementera, que se consumó en 2008, como para reclamar una alternativa a esta industria.

naturaleza. Uno de los argumentos de los defensores de este proyecto es que la energía que producirá es limpia, respetuosa con el medio ambiente, al transformar residuos de poda en electricidad, sin emitir dióxido de carbono.