Fe garcileña desde los balcones

Garcíez luce radiante cada primavera para celebrar las fiestas en honor de San Marcos, su patrón. Este año no iba a ser menos, a pesar del confinamiento derivado del estado de alarma. De esta manera, aunque no pudieron vivirse los momentos culminantes, como la procesión del Evangelista, el pequeño pueblo se engalanó para tan especial ocasión. Los balcones y las fachadas lucieron colgaduras de las imágenes protagonistas de estas fechas. Junto al patrón se colocaron representaciones del Cristo de las Injurias. Aparte de las banderas y los estandartes, durante dos días consecutivos, la música sonó como si por las calles pasaran las procesiones.

Desde hace trece años, los hermanos de las fiestas son siempre los mismos, cinco matrimonios. Se trata de Antonio Viedma e Inés Fernández; Luis Clares y Rosa López; Francisco Viedma y Sebastiana Quesada; Francisco Sánchez y Antonia Vázquez, y Pedro López y Ana María Vázquez. “Hemos intentado mantener el ambiente y hacerlo de la manera más amena posible. La verdad es que la gente nos ha felicitado”, manifiesta, satisfecha, Ana María Vázquez. Por otro lado, cada una de las dos jornadas festivas, el 25, San Marcos, y el 26, jornada específica del Señor de las Injurias, se retransmitió por internet la eucaristía oficiada por el párroco, Juan Guerrero, desde la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

Incluso, se mantuvieron, en la medida de lo posible las tradiciones. De esta manera, se echaron trigo y pétalos sobre las representaciones del Evangelista y el Cristo —al que se vincula con la solución a una plaga—. Además, el guiso de habas, bien es cierto que no en las cantidades habituales —cuando se sirven varios calderos— se guisaron en algunos domicilios. Obviamente, no hubo primo ni pudo nombrarse a la reina de las fiestas. También faltó el castillo de fuegos artificiales y hoy no se celebra la comida de convivencia —en la que cada comensal aporta lo que tiene en casa— con la que se cierran los actos.

El confinamiento ha aguado la ilusión de los garcileños, que incluso habían preparado, este año un nuevo estandarte del patrón. Este año se echan de menos los habituales reencuentros, ya que, con motivo de San Marcos, llenan muchos hijos de Garcíez afincados en diferentes puntos de España así como vecinos de otros pueblos de la provincia de Jaén. Pese a todo, los residentes consideran que el resultado, durante el fin de semana, fue bastante digno y permitió mantener el ambiente a pesar del incómodo confinamiento.