Fallece un enamorado de la enseñanza, de la literatura y de su tierra
Conmoción por la muerte de Manuel Miguel Caparrós, articulista, profesor en el “Almadén” y un hombre querido


Su corazón se apagó para siempre, pero su alma seguirá viva eternamente. También su legado literario. El profesor Manuel Miguel Caparrós fallece, con 65 años, y su muerte genera una conmoción inmensa entre todos quienes tuvieron la suerte de conocerlo. Su pueblo, Bélmez de la Moraleda, está de luto. No hace ni cuatro meses que celebró, junto con su familia, el cumpleaños que marca la edad de la jubilación, un aniversario muy especial, publicado en las páginas de este periódico, en el que empezó a colaborar en los años ochenta del siglo pasado y cuyo último artículo está fechado el 28 de noviembre de 2018. “Me sobran los motivos para celebrar esta reunión familiar”. Su frase queda reflejada, con letras de oro, en una página de Diario JAÉN.
Estudió Magisterio en la vieja escuela de la calle Virgen de la Cabeza y, justo enfrente, en el colegio Almadén, se jubiló como director. Fue después de un periplo por centros de fuera y dentro de la provincia en los que dejó su impronta. Nunca dejó de pedalear hasta llevar la enseñanza a las más altas cotas de la innovación. Lo saben quienes trabajaron con él. Trabajador incansable, con un desarrollado sentido de la responsabilidad, un marido ejemplar y todo un padrazo de dos hijas de las que siempre hablaba maravillas. Lo de abuelo merece capítulo aparte, porque para Manuel Miguel Caparrós fue un apasionante descubrimiento disfrutar de este privilegio. “Con los años he aprendido a vivir y a querer a mi familia de otra manera. No puedo ser más feliz con gestos como estos”, expresó en aquel artículo en el que celebró su 65 cumpleaños. Estaba lleno de ganas de luchar por la vida, el bien más preciado que el ser humano valora cuando tiene conciencia de que está a punto de perderla. Lo hizo, con uñas y dientes, pero quiso el destino que ayer se despidiera para siempre. Quedará latente su recuerdo y su legado literario, en forma de artículos de opinión, en los que hablaba de luces y de sombras. Como el último, reflejado en esta página, en el que se centró en el apogeo de una sociedad en profunda transformación y clamó por volver a los valores de Miguel Hernández. El cadáver se vela en el tanatorio San Fernando.