Excavaciones para aflorar la milenaria cultura oleícola

Rus encomienda a la UJA prospecciones en almazaras romanas

15 mar 2020 / 12:33 H.
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Que Jaén y aceite resultan sinónimos no es una realidad nueva, sino que se remonta, al menos, a la etapa iberorromana. Esa es una de las interesantes cuestiones que pueden confirmarse gracias a dos excavaciones que, si el coronavirus no las malogra, comenzarán próximamente en el término municipal de Rus. Los contratos de prestación de servicios se financian con fondos propios del Ayuntamiento.

El alcalde, Manuel Hueso, se muestra ilusionado con la iniciativa. Según precisa, los yacimientos en cuestión se encuentran en la zona llamada El Altillo, cerca del casco urbano, y en el paraje de Valcuenda, en las proximidades del embalse del Giribaile. En conjunto, el coste de la intervención superará los 75.000 euros. El plazo de ejecución es de seis meses en el primer caso y nueve en el de la zona cercana al pantano.

Hueso detalla que en el caso de Valcuenda es un asentamiento que se remonta a los iberos y que luego tuvo continuidad y ganó esplendor con los romanos. “No se conocen precedentes”, indica en referencia a que se ve la pieza, es decir, el contrafuerte de la prensa. Por tanto, si todo sale como se espera, podrá documentarse a la perfección la tecnología oleícola de la época.

Respecto a El Altillo, según Manuel Hueso, se trata de una factoría más industrial, ubicado dentro del marco de una villa, del periodo imperial romano. Apunta que, aunque se conocía algo parecido es Córdoba, hasta que se realizó el descubrimiento no había constancia en la provincia de Jaén. El complejo evidencia, de acuerdo con el alcalde, cómo se exportaba aceite a Roma. En El Altillo se tiene constancia de la existencia de valiosos mosaicos.

En relación con Valcuenda, el acusado estiaje del año 2017 hizo que emergieran este y otros yacimientos del vaso del pantano. Se alerta del riesgo de nueva inundación y de expolio. La documentación constata la presencia de “piteros” con detectores de metales y el impacto negativo de las fluctuaciones del embalse. Tanto en esta área arqueológico como en la de El Altillo la finalidad de las prospecciones es obtener un mayor conocimiento del patrimonio histórico de Rus para una mejor integración y documentar de forma adecuada los restos y las estructuras. Se contempla tanto la excavación en sí —mediante sondeos y en extensión—como el estudio de materiales y “analíticas de todo tipo”.

Los documentos de la licitación evidencian una supervisión y una documentación muy estricta del proceso, de manera que en el Libro Diario se recogerán las incidencias y las órdenes precisas para la correcta ejecución. Los bienes muebles que se recuperen en la actividad arqueológica quedarán depositados en una institución museística. En este sentido, existen máximas garantías para que los esperados trabajos en los yacimientos se desarrollen con los máximos estándares de calidad.

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