Encuentro fraternal en torno a la Inmaculada del Sagrado Corazón en Fuenfría

La misa en honor de la patrona de la aldea finaliza con una comida en hermandad

02 ago 2024 / 21:00 H.
Ver comentarios

El agua que salía de la fuente parecía inacabable y el sonido de las chicharras recordó el calor que arreciaba en la tranquila mañana del sábado. Así se presentó el día en el cortijo de Fuenfría, un lugar muy recogido del término municipal de Torres de Albanchez, en el nordeste de la Sierra de Segura. Allí los vecinos de esta desconocida aldea se reunieron en hermandad para celebrar la misa en honor a la su patrona, la Inmaculada del Sagrado Corazón de María. A pesar de que se programó una breve salida procesional, la carencia de efectivos para llevarla a cabo privó de que se realizase. No obstante, lo más importante de la jornada sí tuvo lugar. En este sentido, fue la reunión de todos los residentes y familiares de estos, que acudieron como cada año al encuentro con la imagen y con su sentido pertenencia, pues muchos de ellos se criaron en este precioso enclave de la provincia, o bien pasaron buenas fiestas durante pasados veranos e incluso en invierno.

La eucaristía, oficiada por Celestino —sacerdote de los municipios Torres de Albanchez, Génave y Villarrodrigo—, se realizó bajo la sombra de un enorme árbol, que sirvió de cobijo a la decenas de personas que se personaron en la destacada cita religiosa con la imagen inmaculada. Algunos residentes de la zona vivieron el día con mucha emoción, porque recordaron a los familiares y allegados que ya no están con ellos. El sacerdote, con vistas a alegrar las caras en este día de fiesta, amenizó la ceremonia con un discurso lleno de fe, esperanza y alegría. Esto hizo que los habitantes de la aldea torreña se animasen y dejaran de lado las caras serias propias de una misa. Puesto que no fue un oficio cualquiera, sino una fiesta.

“Este día me lleva a mi etapa de niña, cuando se hacían grandes fiestas en la aldea de Fuenfría con mucha música”, aseguró Nuria Flores. Para Antonio Pozo es un gran día de convivencia con sus vecinos y amigos. “Nací y también me crié aquí, todos los que nos juntamos en este día especial nos conocemos de toda la vida. Estas fiestas sirven para estos reencuentros”, rememoró Téofilo Avilés. María del Carmen Herrero señaló que es una jornada para convivir entre los vecinos y recordar a los que ya no están. “Es un día en el que recuperamos a los hijos y vecinos que viven fuera, por lo que lo disfrutamos como en familia y compartimos todo lo que tenemos”, admitió Matilde Sánchez.

Provincia