Encierros de campeonato

La Matea abre la temporada de reses bravas con astados de renombre

30 jun 2019 / 12:42 H.

Encierros desde el campo a la Matea con todo el calor y sin incidentes. Las calles que confluyen en la Plaza de la Milagrosa estaban reventar para sortear con recortes sabios y al filo de lo imposible a las vacas y los toros del primer encierro. Encuentro breve con el público para que las reses bravas descansen en los corrales provisionales y dar rienda suelta a cada una de ellas, ya por la tarde, y con media hora de tauromaquia improvisada. Recortadores de La Matea, de la Sierra de Segura e incluso de Villacarrillo y de Murcia se dejaron caer para mostrar al público su maestría. Y su valentía, porque la seriedad de los toros, de la ganadería de Antonio Fernández “El Zorro”, se comprobó desde el primer momento que salieron a unas calles de arena para que la lidia del encierro se realizase sin problemas.

Los acordes musicales de la charanga “Los que estemos” de Génave amenizaron esas tres horas exactas que las reses estuvieron en contacto con el público. Más de un susto, algún que otro revolcón, más topetazos varios con las vallas, pero nada reseñable en negativo. La lidia contó, como es habitual en toda la comarca, “con el castrileño”, de nombre Luis Dengra, como director y responsable de que todo transcurriese en sus tiempos evitando recortadores no predispuestos o valentías innecesarias.

En plena ola de calor en toda España y en Jaén en particular, los vecinos de La Matea no recuerdan unos encierros tan calurosos, con un ambiente incluso asfixiante en estas latitudes, pero no por ello se deslució ninguno de los encuentros prolongados con las reses bravas, en la misma plaza y en la misma puerta de la iglesia que preside un gran mosaico de la Virgen Dolorosa que el año pasado cumplió su setenta y cinco aniversario. Todo en orden con los recortes y también el encajonamiento con las cuerdas de los astados se produjo sin ningún tipo de incidente.

Llamativo fue el pórtico de los encierros con unas tradicionales carreras de cintas a caballo en las que participaron tres jinetes que demostraron su habilidad con el palillo a lomos de su caballo y que cada uno de ellos ganaron un jamón.