El viaje más esperado desde Paraguay hasta el Santo Reino

Tomás Campoy y Carlina Vega vuelven a casa tras más de un mes de espera,

01 may 2020 / 11:59 H.
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P or fin en casa. Tras más de un mes de espera, de muchos nervios e incertidumbre sin tener claro cuándo podrían regresar desde Paraguay a su hogar, el jiennense Tomás Campoy y su esposa Carlina Vega, consiguieron el pasado fin de semana lo que por allí llaman “boletos”. Dos billetes para formar parte de la tripulación de un avión que venía desde Buenos Aires para convertirse en su “salvación”. El gran día fue el pasado lunes, cuando sobre las 18:30 horas y tras pasar varios controles, entre ellos uno de temperatura, la repatriación se convertía en una realidad. “Desde la embajada, que en los últimos días sí nos tuvieron bien informados, nos entregaron una serie de documentos para avalar el transporte hasta el aeropuerto en Paraguay y otro permiso para poder trasladarnos desde la capital española hasta Jaén”, describía Campoy.

Con la mascarilla puesta durante las más de once horas que dura el vuelo, probablemente el más importante de sus vidas, y con el restaurante cerrado, y por tanto, sin poder comer nada en todo el trayecto, Campoy y Vega fueron dos de los 40 españoles que desde Asunción llegaba a Madrid el martes sobre las once de la mañana. Al aterrizar, además de la felicidad de haberlo conseguido, lo que más le sorprendió al jiennense es que no hubo controles de temperatura al bajar del avión. “También me chocó ver un aeropuerto tan importante como el de Madrid sin casi tránsito”, apuntó.

Allí lo espera un taxi que los trasladó hasta casa, un viaje hasta el mar de olivos donde los nervios también afloraron ante las expectativas de cómo encontrarían su ciudad. “La primera impresión fue pensar que parecía un domingo al observar todos los comercios cerrados, una sensación muy extraña”, admite. Tampoco se olvida de los más de 140 españoles que aún siguen atrapados en Paraguay a la espera de poder regresar con los suyos. Hay que recordar que la pareja tenía pensado regresar a España el pasado 14 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma en el país por lo que no pudieron tomar el vuelo que tenían previsto y no han tenido una oportunidad hasta el lunes. Desde entonces no habían salido de casa de unos familiares, pues los hoteles habían cerrado, dejando a los extranjeros en una situación sumamente complicada. “Tenemos constancia de que hay españoles que han tenido problemas con los residentes, pues se les ha increpado al considerarlos portadores del virus, hay una gran tensión”, reconoce Campoy.

Ahora, la primera pesadilla ha quedado atrás y solo piensan en recuperar fuerzas. El siguiente paso será hacerse a la “nueva normalidad” y adaptarse a la situación en la que se encuentra Jaén y que les impedirá ver a sus familiares, al menos hasta dentro de unos días, aunque ambos aseguran que ellos “ya han pasado lo peor”.

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