El Tranco: Un poblado que data de comienzos del siglo XX y también un centro de turismo activo adaptado al siglo XXI

La visita del consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, cambió el rumbo del poblado de El Tranco por completo >> La cubierta de la iglesia fue objeto de obras para evitar su derrumbe, pero hoy han vuelto a aparecer goteras

07 jun 2020 / 11:24 H.
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ANTONIO ARROYO

Desde el verano de 2016 funciona en el Tranco el Centro de Ocio y Turismo Activo. Se culmina así el proyecto al que el Ayuntamiento de Hornos de Segura dio el visto bueno en abril de 2013, poniéndose la primera piedra el día 27 de febrero de 2014 de una instalación, auspiciada por la Junta de Andalucía y la Diputación de Jaén, con una inversión de dinero público de 2,2 millones de euros, que se adjudicó, muy acertadamente, a empresarios de la zona (Cortijos Nuevos), con un contrato de gestión de ocho años prorrogables, a la Unión Temporal de Empresas (UTE), compuesta por: Transportes GilSan, S. L., Nattun Ecotur S. L., Antonio Gil Romera (Taurofertas), Teodoro López Nieto (Cafetería El Cruce) y Manuel Sánchez Pérez (Casa Rural Los Parrales). El complejo debería crear, como mínimo, seis puestos de trabajo.

Además del barco autopropulsado por energía solar, el complejo consta de un edificio de tres plantas con almacén para distintos materiales, tienda, cafetería, restaurante, vestuarios e incluso salón de actos, una tirolina, dicen que de 140 metros, paseo de las rapaces y aparcamiento para veinte turismos y autobuses, a todas luces insuficiente, así como una torre mirador. Sinceramente, un moderno edificio del siglo XXI.

Durante el período de construcción, el proyecto estuvo amparado por una serie de reportajes, notas de prensa y visitas de autoridades, tendentes a presentar y “vender” las bondades del proyecto, recalcando el respeto con que se había intervenido, incluso para eliminar el pinar, aclarando que era de repoblación pero olvidando decir que tenía más de 60 años (éramos coetáneos). Se destaca efusivamente, como si hubieran descubierto la fórmula para eliminar los males del mundo, que para la cubierta del singular edificio, utilizaban teja árabe. (En alguna televisión de ámbito regional los reportes resultaban más obvios e incluso serviles). Hubiera sido un golpe cubrirlo con placas de plástico que todo hubiera podido pasar, porque sin ir más lejos, hicieron un acerado desde los quioscos y no dejaron ninguna fuga para las aguas que, en forma de río, por fuerza de la pendiente, bajaban la cuesta hasta esa zona formándose un enorme charco, aspirante a emular al embalse. Alguna mente pensante debe haber, porque ya se ha subsanado el entuerto.

Éxito de la instalación. El proyecto ha superado las expectativas más optimistas y ha estado arropado por los promotores, medios de comunicación y muy bien gestionado por los socios de la UTE de la zona. En estos cuatro años, no creo que haya asociación de todo tipo, club de jubilados, colegios de la provincia y curiosos en general, incluso de más allá de los límites provinciales, que no se hayan paseado en el barco, que no ha encallado de puro milagro, seguramente por intervención de la Virgen del Carmen, patrona local y marinera, por falta de agua, ya que a los ciclos de abundantes lluvias de varios años hasta 2013, han seguido otros de pluviometría inferior a la media, unido a la fuerte demanda para aprovechamientos en riegos, deportes acuáticos e hidráulicos y aguas abajo de la presa, lo que hizo que la Diputación Provincial de Jaén tuviera que acudir a toda prisa a construir un nuevo embarcadero que acercara a los visitantes al barco.

Por buscar un pero, he de decir que las narraciones que acompañan el recorrido, al menos las primeras —ahora ya no sé—, querían ser tan atractivas que en más de un párrafo, las historias sobrepasaban la delgada línea de la realidad, pues para bien o para mal, son más sencillas que la imaginación del autor de los textos. En su afán de hacerlos más interesantes, los lleva hasta el punto, que bajo mi perspectiva y conocimientos del entorno, hacen agua —y nunca mejor dicho—.

Cómo lo vivió el poblado. Se trató de la primera inversión significativa que se ha hecho en el poblado desde la construcción del pantano y la central hidroeléctrica. Se esperaban jornales durante la construcción como ayuda a mitigar la alta tasa de paro, pero no hubo ningún trabajador de la zona, ni colaboración de empresas locales de carpintería o materiales, excepto el hormigón, según tengo entendido.

Hasta ahora, hemos visto la cara “A” del Tranco y este maravilloso centro. Pero hay también una cara “B”: el poblado del Tranco. Muchos perdimos un referente en la memoria colectiva por la destrucción del lugar de los baños de las gentes del Tranco, conocido como Renfe, por ser este el lugar por el que esta empresa desembarcaba las traviesas y otras piezas madereras para su transporte por carretera hasta los cargaderos ferroviarios. Aprovechábamos el carril para sumergirnos sin mucha dificultad en el agua, ya que era el lugar donde menos piedras y barro había, y aunque luego han puesto muchos carteles prohibiendo el baño, desde que se hizo el pantano los lugareños y cientos venidos de toda la provincia acudían al Tranco a bañarse y disfrutar del paisaje, de la comida, de la familia, de las vacaciones de verano... No ha quedado alternativa para el baño y ahora, como antes, se llevan todo y no tenemos compensación.

Desde hace años, Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) aplica la política de abandono del poblado en una proporción cada año corregida y aumentada. La empresa heredera de Cia. Sevillana de Electricidad, Endesa, ha liquidado la plantilla de esta central. Ahora está telecomandada y ha dejado sus viviendas en manos de los antiguos trabajadores residentes en el poblado. El Ayuntamiento de Hornos de Segura, para estos casos, deja muy claro que no tiene competencias, aunque supongo que políticamente sí lo rentabiliza, al margen de recibir compensaciones de los impuestos de los establecimientos comerciales que hay, como es el propio Pantano y el centro de ocio y turismo, al que, en su momento, el Ayuntamiento dio conformidad a la instalación, o al menos así consta en las crónicas, y supongo que será con el consentimiento de sus responsables.

Como vemos, entre todos lo mataron y solo se murió este hermoso jardín que tantos conocimos y donde fuimos tan felices. El poblado ha vivido el éxito del “barco”, como se llama genéricamente, estos primeros años, sumidos en un verdadero caos por la falta de previsión de los responsables de esta infraestructura, ya que precisamente no hicieron suficientes infraestructuras de aparcamiento (solo 20). Los visitantes, desesperados, dejaban el coche en la carretera bloqueando el tráfico o abandonaban directamente el lugar sin poder apearse, y los establecimientos de hostelería se veían desbordados con cualquier tipo de previsión, no pudiendo atender a los visitantes que andaban asilvestrados por la carretera colapsada buscando dónde poder comer o tomar un refresco, produciéndose evidentes riegos de atropello.

Creación de la Asociación. Cultural del Tranco. “El Tranco es una patria fértil. Ha sido el marco de nuestra infancia y tal vez lo siga siendo de nuestras vidas; otros solo habéis pasado ocasionalmente por esta esquina del planeta; para todos puede ser un ideal, unas coordenadas secretas a la que fugarse con o sin móvil, donde aparcar el apremio del tiempo. El Tranco es un lugar que trae siempre consigo resonancias de vientos libres, encañonando montañas que estuvieron sumergidas, abismos mitológicos y mulas despeñadas con sus cargas de oro líquido, proas de troncos recién cortados, cartas de soldados, cartillas de racionamiento nacional, obreros esforzados escarbando en el vientre de la roca pura y levantando el muro del pantano, emigración y añoranza, la lluvia intensa de cada otoño con su manto híbrido de memoria y olvido”

Con estas líneas como motor de corazones, la Asociación del Tranco se puso en marcha, en vista del deterioro que sufría el poblado. Un grupo de vecinos residentes y otros entusiastas que por causas laborales tuvimos que abandonar el Tranco (nunca nos hemos ido, ya que aquí tenemos nuestros añoranzas del alma), decidimos crear la Asociación para el Desarrollo Rural y Cultural del Tranco, con el objetivo de hacer frente a la situación, promoviendo el desarrollo de la zona y mejorar la calidad de vida de los habitantes. Fue el grito necesario ante los representantes de las administraciones y entidades implicadas.

“Por este poblado pasan necesariamente cada año en torno a un millón de visitantes del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas”. Es el corazón de este paraíso interior y “curiosamente sufre, por parte de las administraciones públicas, una situación de abandono que resulta insostenible. Edificios simbólicos como la iglesia, la escuela o la oficina de Correos —ya desaparecida, ha sucumbido en la espera—, fueron lugar de encuentro de los que hemos vivido aquí y han sido testigos de nuestra primera comunión, de tantas bodas, de nuestro aprendizaje y de la impaciente espera de noticias de seres queridos, se están hundiendo poco a poco. Algunas casas están abandonadas y algunas en ruinas y otras se mantienen gracias la reparaciones furtivas realizadas por los que se resisten a abandonar el Tranco”.

Al mismo tiempo, se organizó un encuentro con los miembros de la asociación y de todos aquellos que han vivido o que, por diversas razones, se encontraban vinculadas con el Tranco. Fue un encuentro muy emotivo de más de quinientas personas, en algunos casos que no nos veíamos desde hacía más 40 o 50 años y con las que tuvimos la oportunidad de pasar tres días inolvidables, quitando las telarañas a los recuerdos con motivo de las fiestas de la patrona, la virgen marinera, la Virgen del Carmen, como no podía ser de otra manera.

A ese mismo encuentro, acudió el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Gaspar Zarrías, y aunque fue una breve visita, se le expusieron proyectos que estimó muy positivos, hasta tal punto que, una semana después, hubo en Jaén una reunión con los representantes de la propiedad del poblado y de las administraciones local, provincial y regional en busca de una vía para la desafección del poblado. Tuve la oportunidad de asistir a alguna de aquellas reuniones y la voluntad de resolución del problema era real, de hecho se llegó a anunciar la transferencia del poblado a la administración andaluza.

El 21 de diciembre de 2006, Diario JAÉN publicaba que “el pleno de la Comisión Mixta de Transferencias Estado-Junta de Andalucía, aprobó el traspaso de los terrenos y los inmuebles que conforman el poblado del Tranco al Gobierno andaluz...”, que las veintisiete hectáreas pasarían, a partir del día 1 de enero de 2007, a pertenecer al patrimonio de la Junta y añadía el consejero de Presidencia que esta nueva situación, “significará un progreso y mayor bienestar para los habitantes del Tranco” y explicaba que “la Administración andaluza suscribirá en breve un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Hornos para articular las acciones en concepto de proyectos turísticos que repercutan positivamente en la economía del municipio y de los habitantes de la zona.

La aprobación por el Gobierno central del Real Decreto 1635/2006 de 29 diciembre, no llegó a ver la luz, porque en estas transferencias de las cuencas del Guadalquivir y Guadiana estaban implicadas otras comunidades autónomas que vierten aguas a las citadas cuencas, resultando todas estas gestiones el famoso cuento de la lechera, aunque no se descartó la posibilidad de arreglo y mejora del poblado del Tranco. El día 15 de febrero de 2008, con toda la solemnidad posible y por medio de una visita del consejero de Presidencia del Gobierno andaluz, Gaspar Zarrías, anuncia que por medio del Plan Activa Jaén se harían importantes inversiones para financiar instalaciones deportivas y turísticas. En los distintos medios de la provincia se decía que, tras esta visita, habría un antes y un después en el desarrollo del poblado con mejoras en el suministro de agua, con nuevas acometidas pero que se instalarían contadores para un servicio hasta ahora gratuito. Se hablaba de que ya se habían contratado las obras pendientes del visado del proyecto. Del mismo modo, el alumbrado estaba con el proyecto finalizado, a la espera del visado del mismo. En la iglesia, que corría peligro de derrumbe, se acometieron las obras en la cubierta del edificio para eliminar las filtraciones por goteras, aunque al poco tiempo se han vuelto a repetir los mismos problemas. Egmasa hizo una corta selectiva de pinos que amenazaban con aplastar alguna de las viviendas.

Finalizaba la presentación anunciando que para las muchas deficiencias observadas, se adoptarían medidas para evitar el deterioro urbanístico de este jardín gigante que un día fue le poblado de El Tranco.

TIERRA DE NADIE

Pasados doce años, la política de abandono de Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) sobre estas veintisiete hectáreas, sigue corregida y aumentada. Los tres o cuatro empleados que mantiene viven en la zona que conocemos como el chalet de Franco que hicieron junto a la presa y ellos mantienen esta zona donde viven.

Es tierra de nadie sin orden ni concierto. Se da el caso que algunos ocupantes de estas viviendas que no han vivido aquí hasta fechas muy recientes están alambrando los terrenos anexos a la casa que ocupan, llegando incluso a cortar el paso a otros vecinos, en espera de que el poblado pase al Ayuntamiento de Hornos, supongo y entonces reclamar una enorme parcela, a todas luces improcedente.

En la zona crece el pasto de forma abundante, generando un enorme peligro de fuego que aumenta en pleno verano con el aumento de esas hordas de visitantes que deben pensar que en plena naturaleza pueden hacer lo que les venga en gana, a juzgar por el comportamiento.

La central hidroeléctrica produce 39.800 Kw, pero no hay alumbrado público. Es chocante el contraste de la oscuridad en el poblado, con el nuevo centro de ocio. Un poblado de principios del siglo XX con una instalación del siglo XXI.

Hay cortes en el suministro de agua por falta de mantenimiento de una red que se instaló cuando empezaron las obras del pantano en 1930.

Los desagües rompen por donde pueden y los que todavía vierten al colector general, van a parar directamente al río a través de la conducción que hicieron pegada al aliviadero para que no fueran directamente al embalse y por supuesto, sin depurar.

La esperanza y el futuro para todos en el Tranco, pasa porque se subsanen las deficiencias y los peligros mencionados, al tiempo que se habilita una zona de aparcamiento y un complejo acuático con piscinas y toboganes o similares en la Cantera, dotando del acceso necesario al lugar y evitar el caos que se organiza en el tramo de carretera y bares. Estas dotaciones de servicios justificarían y darían sentido a toda la inversión realizada en el estupendo Centro de Ocio y Turismo Activo, al tiempo que ampliarían las oportunidades de trabajo y negocio para los habitantes de la zona.

Por último y como posicionamiento sólido de futuro, la Asociación para el Desarrollo Rural y Cultural, en su momento presentó un boceto imaginativo con el título de “La Aldea del Conocimiento”, una apuesta por el turismo formativo y medioambiental , siguiendo las directrices del Consejo Europeo de Lisboa que preconizan que la “Sociedad del conocimiento exige el aprendizaje permanente a lo largo de toda la vida” y así dar vida y utilidad a inmuebles en situación de deterioro que podrían restaurarse para ofrecer servicios turísticos-formativos de calidad y equipación hotelera suficiente para cubrir estas necesidades y las de todo el año, evitando de paso, los malos pensamientos de especulación urbanística, pues en un Parque Natura, con un arroyofrio ya tenemos bastante, como ejemplo de lo que no se debe hacer en un espacio tan protegido.

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