El pulmón verde desaparecido en la idílica Nava de San Pedro

La Junta tala una chopera dañada pero no planta nada en la zona

12 jun 2020 / 13:05 H.
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Preocupación por el estado en el que se quedó el entorno del Centro de Cría en Cautividad de Quebrantahuesos, sito en el paraje de la Nava de San Pedro, en pleno Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, tras la tala de árboles en mal estado llevada, según fuentes oficiales, necesariamente a cabo por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. De la frondosa vegetación de este espacio idílico, destino habitual de senderistas y camino de tránsito trashumante entre la Sierra de Cazorla y la Sierra de Segura a través de los Campos de Hernán Pelea, destacan sus praderas, quejigos, encinas y choperas. El hecho de que en su seno se halle, además, el Centro de Cría en Cautividad, del que huelga decir que su papel es fundamental en lo que a la conservación de esta especie en peligro de extinción se refiere, hace que esta sea un área dadora de vida por sus frondosos bosques y abundante agua, principalmente de la conocida Fuente de la Garganta.

Pero la naturaleza puede ser tanto maravillosa como terrible, lo que unido a una aparente dejadez convierte un paraje mencionado en todas las guías en algo dantesco en pleno Parque Natural. La inestabilidad meteorológica se ha venido cebando con parte la vegetación del paraje, siempre según la Junta, que habla de arboleda dañada por las tormentas. Las fuertes lluvias registradas, sobre todo, a finales de diciembre, provocaron graves daños a una zona de choperas que es la que da entrada justamente al Centro de Cría en Cautividad. De ahí que la Administración se viera obligada a intervenir. Ahora, la zona, vacía de los árboles que antes le otorgaban vitalidad y abrigo, es un descampado repleto de ramas y troncos secos. Las fotos que acompañan a este texto son ilustrativas del antes y el después de la tala de los álamos y la ausencia de sombra en la que se podían cobijar los animales de la zona.

La estampa, además de por el motivo apuntado, dista mucho de la anterior a la tala por otra razón: ramas y restos de troncos de esos trabajos inundaron el suelo a las puertas de las mencionadas instalaciones. Sorprende que lleven tanto tiempo sin ser retirados. Desde la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible se explica que “la mayoría” de estas ramas ya estaban en el suelo antes de tala, dados los problemas previos que los árboles sufrían. Además, aseguran que, una vez finalizados los trabajos, se retiraron los restos, aunque la labor tuvo que interrumpirse por el estado de alarma. Según explican las mismas fuentes del departamento a las que ha consultado Diario JAÉN, se acordó que el resto de ramas que aún permanecía sin recogerse las retiraría un vecino de Burunchel que, en ocasiones anteriores, también ha pedido permiso para llevarse leña de la zona. Sobre si hay intenciones de repoblar el área, este periódico no ha logrado obtener respuesta alguna.

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