El pueblo se rinde ante el querido lienzo del Crucificado

El primer domingo y día de septiembre, a las siete de la mañana, un repique general de campanas y el disparo de cohetes anunció a los vecinos de Valdepeñas de Jaén y visitantes el comienzo de los momentos más intensos de su fiesta. En la víspera, hubo múltiples actividades, como un concurso de las migas con premio para los ganadores, que este año fueron dos grupos que se repartieron los premios, una copa para cada uno y los cien euros patrocinado por la firma Ducasque. Esto dio paso a una gran cabalgata de gigantes y cabezudos con un recorrido por las calles del pueblo acompañados de la banda municipal de tambores y trompetas Antonio Rosales y la charanga Los Pishitas.

Ayer, a las doce del mediodía, la cofradía matriz del Cristo de Chircales, renovada, que este año preside Jorge Díaz Expósito, comenzó con el recibimiento a la entrada del pueblo a la filial de Jaén, que también estrena junta directiva y tiene al frente a María San Pedro López Rivilla. Un nutrido grupo de hermanos se traslada desde la capital de la provincia para asistir a los actos estos días, que destacan por dos procesiones del patrón, por las calles del pueblo y otras tantas funciones religiosas en la parroquia, además de todo un programa de feria.

A las cinco de la tarde, el lienzo del Señor llegó a las eras de Santa Ana. Desde su ermita a Valdepeñas los anderos, mujeres y hombres, cargaron a hombros con la imagen. Entraron en el casco urbano sudorosos, pero a su vez orgullosos de traer de nuevo al Cristo de Chircales hasta Valdepeñas. Desde las nueve y cuarto de la tarde, hubo procesión de subida del Cristo desde las eras de Santa Ana hasta la parroquia, cada año igual, lo más esperado por los valdepeñeros y devotos de los municipios colindantes. Resulta emocionante ver, cada año, la calle Bahondillo repleta de fieles, donde los vivas al Señor de Chircales son continuos, con miradas profundas al paso del cortejo y mejillas llenas de lágrimas de emoción, de súplica, de agradecimiento, mayores y adultos trasmiten su fe a los jóvenes y niños solamente con el gesto, solamente con la mirada.

Es una tradición de cientos de años que se transmite de generación en generación. Está arraigada a un pueblo noble que cada año espera con ilusión este momento en el primer día de feria grande que se celebra en honor del lienzo con el Crucificado.

Se trata de una exclamación de devoción que sale del corazón cada 1 de Septiembre. En la santa pintura del Cristo de Chircales, la comunidad cristiana de Valdepeñas de Jaén reconoce a su Señor. La población del municipio de la Sierra Sur le dice que está dispuesta a recibir al Señor un año más, para que ocupe el centro de sus corazones. A lo largo de dos meses, el templo parroquial de Santiago Apóstol abre sus puertas todos los días en horarios prolongados y en los días de feria desde las ocho de la mañana hasta la madrugada. Ya al filo de la medianoche, hubo un espectáculo de fuegos artificiales musicales, de gran belleza plástica. Una de las jornadas principales de las fiestas valdepeñeras tuvo su continuidad de madrugada, con la gala “Te Festival Me Suena”. Subieron al escenario de la caseta municipal Fernando Caro, Saray Jiménez, Maki, María Artés, María Isabel, David Jiménez, Lorena Santos, Antonio Martín, Sandra Acal y Nitro DJ. Hubo una lluvia de regalos en la sesión, con un precio de diez euros —quince en taquilla—, organizada por el Ayuntamiento con Feco Producciones.

Hoy se espera otro de los momentos culminantes de la feria, la procesión del patrón, que sale a las ocho y media de la tarde y es precedida por la tradicional recogida de las autoridades. A mediodía se oficia una eucaristía en honor del Cristo de Chircales. El programa del día se completa con el juego del “busca y trae”, por la mañana, seguido de una carrera de vehículos lentos y una verbena.