El precio del gas pone en jaque a San Miguel Arcángel

La orujera villanovense lleva inoperativa desde el 14 de junio

30 jul 2022 / 20:24 H.
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Desde el 14 de junio completamente parada. La orujera San Miguel Arcángel de Villanueva del Arzobispo, la más grande del planeta, lleva inoperativa un mes y medio por los altos precios del gas. El mecanismo que pone en funcionamiento el engranaje de esta fábrica es una turbina de cogeneración que funciona con gas natural, operada por la compañía Celvi, que es propiedad en un 90 por ciento del fondo de inversión inglés SDCL. A los desorbitados precios actuales de este hidrocarburo se suma que las bonificaciones por parte del Gobierno central no están actualizadas para la función que desempeña esta cogeneración, la que está vinculada al secado de alperujo.

El gerente de San Miguel Arcángel, Cristóbal Gallego, explica que, desde hace años, el gas natural es primordial para la actividad de la orujera, ya que este combustible es el que menor impacto medioambiental genera y, por ende, no emite partículas que puedan dañar al ecosistema del municipio. Cabe recordar que, retrospectivamente, por la utilización de otros métodos de secado, el municipio villanovense se encontraba entre las cinco ciudades más contaminadas de España, lo que generó que el proceso de deseco se llevara a cabo de forma homogénea a través del gas natural. La turbina, que actúa como una dinamo, a la misma vez que quema el gas genera energía eléctrica. “Aunque se haya topado a 40 euros el megavatio, al dejarnos fuera, la turbina tiene que ir a comprar el gas natural a hinchados mercados. Ahora mismo puede estar a 130 o 140 euros el megavatio. Si para producir un megavatio eléctrico necesitas tres megavatios de gas, no compensa la actividad, lógicamente porque el precio del gas asciende hasta más de 400 euros”, asevera Gallego, quien detalla que, de esta forma, generan una energía eléctrica, que es la que se inyecta a la red con el movimiento de la turbina, y, a la misma vez, producen una energía térmica con la que secan el alperujo para no emitir emisiones. Asimismo, declara que el sistema de retribuciones, el de las bonificaciones, no se ha actualizado, lo que ha provocado el cierre total de la fábrica, con 57 personas en ERTE y 250 millones de alperujo almacenados en las balsas. “Hay otro método para trabajar, pero sería quemando orujillo en un horno, es decir, el propio orujillo ya desengrasado y seco se puede quemar en una biomasa. Pero a nosotros no se nos permite aplicar este método”, comenta.

Por otro lado, la nueva campaña de aceituna se encuentra a la vuelta de la esquina y esta orujera aglutina casi toda la totalidad del orujo que se produce en la provincia jiennense, así como gran parte del resto de Andalucía, lo que, en caso de no poner soluciones con celeridad a esta problemática, puede ocasionar un colapso en el almacenaje de las balsas. “Todos los días podemos secar entre un millón o un millón y medio. Si actualmente nos encontramos con 250 millones almacenados, necesitamos 250 días para eliminar la masa de aceituna. Cada día que pasa no podemos recuperar nada”, afirma el gerente, que subraya que puede desencadenar en un monumental problema con vistas a la próxima cosecha.

Por último, trasladó su malestar con las administraciones públicas, concretamente con el Ministerio de Transición Ecológica, con quien han mantenido varias reuniones sin ningún éxito. “Es sorprendente que, por un lado, nos digan que gestionemos la empresa con un sistema compatible con el medioambiente. Pero, por otro lado, nos dejan fuera de cualquier financiación para llevar a cabo la actividad”.

Profunda incertidumbre con el futuro de los 57 trabajadores de la fábrica

n Mucha incertidumbre con el futuro de los 57 trabajadores que se encuentran en ERTE. “No hay día que no me llame ningún trabajador. Y, lógicamente, comprendo a todos mis compañeros, porque llevamos un mes y medio parados y nadie dice nada. En este aspecto somos un cero a la izquierda. Dependemos de que el Gobierno central y estas empresas multinacionales se pongan en contacto y lleguen a un acuerdo”, asegura Francisco Latorre, miembro del comité de empresa de San Miguel Arcángel. El precio del gas natural para la cogeneración de la fábrica está erosionando el seno de estas familias villanovenses, que ven más que posible que el ERTE pueda prolongarse. “Nos cumple en el mes de octubre, pero al paso que vamos, en el que nadie ha movido un dedo, nos lo ampliarán. No tengo ninguna duda”, afirmó.

En este sentido, Latorre remarca que se encuentran totalmente desubicados y que no entiende cómo la mayor orujera del mundo lleva sin actividad durante este periodo y “nadie haya dicho nada”. “Si la situación continúa con esta aciaga tónica, a algunos de nosotros no nos quedará más remedio que tirar del desempleo”. Así, subraya que el problema de almacenaje es mayúsculo y que “veremos cómo llega esta cosecha”.

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