El paseo de fervor de la Milagrosa de la Solana a la Umbría

Cada mes de mayo, la imagen procesión entre las aldeas de Beas de Segura con vecinos entregados

30 may 2024 / 11:04 H.
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Están divididas orográficamente por un imponente barranco, el de Cuadros, con el cerro del Tomizo en lo alto, pero la fe y la devoción es total, al unísono, entre los vecinos de las dos aldeas de Prados de Armijo, una llamada Solana, porque el sol pega hasta que anochece y la otra, Umbría, porque está resguardada en verano del soletón. Cada último sábado de mayo, se concentran los vecinos de ambos núcleos de población para festejar la Virgen Milagrosa. Y sacarla en procesión a hombros entre la Solana, donde está el templo y tiene su sede la imagen y la Umbría, en la que una vez al año, pasa la noche en una de las viviendas habitadas, cada noche una. Ha habido rosario en la ermita y después, los cohetes anuncian que sale La Milagrosa, entre el repique de campanas. Portada por mujeres y hombres, hace el recorrido entre canciones que entonan los presentes, con vivas y palmas constantes en el recorrido. Cuesta abajo o cuesta arriba, no hay problema alguno, que voluntarios siempre tiene, hasta que llega, ya con las últimas luces del día, hasta Prados de Armijo Umbría, donde el trono se queda en la puerta y la Virgen Milagrosa entra en la vivienda de toda la vida de la familia García Ruiz.

“Somos primas de Jaén y de Madrid, venimos siempre que podemos porque no olvidamos las raíces, donde nacimos. Las fiestas son una alegría para todos y a la Milagrosa le hacemos promesas, para agradecerle todo lo que hace por nosotros y que nos siga cuidando”, expresaban Juani Ruiz Sánchez y Natalia Blanco Sánchez. En la misma línea, Francisco Javier García moreno, párroco en Cañada Cayena, Beas y Arroyo, decía “en esta aldea hay mucha devoción, se puede apreciar la fe que le tienen a la Virgen por la gran cantidad de flores que se ven”. “Vivo en Castellón, pero pese a las piernas, por la Virgen hago lo que haga falta, nunca me la pierdo y siempre le rezo”, afirmaba Águeda Ruiz Romero. Por su parte, Eugenio Romero Ruiz aseguraba: “He tenido un bar toda la vida aquí, famoso por los corderos, un día maté 23 y los hice chuletas. No me pierdo las fiestas”.

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