El Guadalén se queda sin fuerza
La campaña de riego aviva el debate sobre el reparto de los recursos hídricos del Guadalquivir

Los recursos hídricos cada vez son más limitados y los problemas derivados de la disposición de agua se agudizan y afectan a cada vez más comunidades. En apenas tres meses, el embalse del Guadalén, en la comarca de El Condado, ha pasado de rozar el 80% de su capacidad en el mes de mayo —después de una lluviosa primavera— al 39%, según los datos publicados por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Esta brusca caída del nivel coincide con el tramo final de la campaña de riego, que finalizará el próximo 30 de septiembre. Desde el organismo encargado de su explotación y mantenimiento, recuerdan que Guadalén forma parte del Sistema de Regulación General, integrado por 19 grandes presas que abastecen a más de 350.000 hectáreas de regadío. Para abastecer a toda esta extensión, la planificación de desembalses se aprueba al inicio de la campaña y se ajusta en función de la evolución hidrológica. Además, recuerdan que el nivel de este pantano se encuentra ligeramente por encima a la media de los embalses de la Confederación, por lo que su situación , según confirman a este periódico, es normal.
Sin embargo, en el campo jiennense que circunscribe a esta gran reserva hídrica cunde el malestar. Desde la Asociación de Agricultores para la Defensa del Olivar Tradicional —Asolite—, denuncian que el agua del Guadalén, junto a la otros pantanos de la comarca, se destina en gran medida a cultivos superintensivos en otras provincias andaluzas, en detrimento del olivar tradicional. “Nuestro olivar es el que llena los embalses y debería tener prioridad. Esto es una cuestión de justicia social”, afirman. Además, ponen especial foco en que se mantengan dotaciones de agua a cultivos que han cambiado su orientación productiva, pasando de hortícolas o algodón, a plantaciones superintensivas que requieren menos mano de obra y generan mucho menos empleo en el medio rural.
En esta misma línea se encuentra Miguel Ángel Manrique, alcalde de Arquillos y un histórico en la reivindicación. El dirigente opina que quizás ya sea demasiado tarde para solucionar el problema. “Tenemos una competencia desleal, completamente desleal, porque es que le estamos dando el agua a los grandes latifundios, a los grandes inversores que se vienen a aprovechar de esas dotaciones de agua...”, explica. Manrique incide en la dimensión social del problema, una cuestión que afecta no solamente a los agricultores, sino a toda la comarca: “Nuestros pueblos van a perder población... el olivar tradicional no es rentable y se está abandonando. Hay olivares quemados, otros heridos por dejadez, y la juventud se marcha por falta de oportunidades”. Así mismo, defiende la aplicación de “cánones volumétricos, una medida compartida por la Cátedra del Agua creada por la Universidad de Jaén en colaboración con CREA, y hasta la Comunidad Europea lo establece por ley”, conluye Miguel Ángel Manrique.
Mientras tanto, el CHG explica que el Guadalén continuará desembalsando para cumplir las dotaciones aprobadas. Una vez más, la gestión del agua queda atrapada entre la necesidad de atender a todos los sectores y la reivindicación, cada vez más urgente, de un reparto equitativo.