El entierro era a las cinco de la tarde, pero el cura no apareció
La familia demanda al sacerdote en el cuartel de la Guardia Civil de Torres

Ocurrió el 19 de octubre, en uno de los momentos más complicados para una familia como es la muerte de un padre, en la parroquia Santo Domingo Guzmán de Torres. Lucas Cózar Sarabia murió, con 91 años, el día anterior y la empresa funeraria concertó el entierro al día siguiente, a las cinco de la tarde. Sin embargo, el párroco, Juan Carlos García Serrano, no se presentó. Los allí presentes tuvieron que mover cielo y tierra para conseguir un sacerdote y, después de más de una hora de ajetreo, la misa fúnebre se pudo celebrar gracias a la buena voluntad del cura de Mancha Real, Mariano Cabeza Peralta.
María Cózar Tello es una de los cuatro hijos del vecino fallecido. Está “indignada” con lo sucedido. “Cuando llegamos allí, la verdad es que esperábamos que el sacerdote nos recibiera en la puerta de la iglesia, pero viendo que no estaba nos metimos dentro. Esperamos cinco minutos, luego diez y, al ver que no aparecía, entramos en la Sacristía”, relata. Asegura que el sacristán estaba en un estado de nerviosismo “impresionante” y que intentó localizar a Juan Carlos García por todos los medios. “No contestaba al teléfono móvil”, asegura la hija del finado. Mientras tanto, familiares y vecinos esperaban en el interior del templo con el féretro delante del altar. “Llegó un tío mío desde Jaén, con 96 años y recién operado, y esa escena de verlo llorando allí no la podremos olvidar nunca”, rememora María Cózar. Fueron momentos de incertidumbre que, al final, solucionaron a través de una monja que conoce al párroco de Mancha Real, Mariano Cabeza. “Lo llamaron y en diez minutos se presentó en la iglesia de Torres”, asegura el testimonio. El resultado fue que el entierro empezó una hora y cuarto después.
Días más tarde, la familia quiso mover ficha con un objetivo principal: que no vuelva a pasar. Fue entonces cuando presentaron una denuncia ante el cuartel de la Guardia Civil. En la demanda, a la que tuvo acceso este periódico, uno de los hijos comparece en nombre de todos y relata lo ocurrido aquel día. Y añade: “A día de hoy —por el 20 de octubre—, el cura aún no se ha disculpado ante este acto bochornoso para familiares y amigos, ya que muchos de ellos tuvieron que marcharse sin acudir al funeral ya que residían fuera de la localidad”.
María Cózar explica también que, además de la denuncia, pusieron el hecho en conocimiento del Obispado de Jaén: “Nos atendieron muy bien, pero lo único que nos dijeron es que iban a abrir una investigación para ver lo ocurrido, pero después nadie se ha puesto en contacto con nosotros”. Eso sí, otra de las hermanas recibió varios mensajes de wasap del propio párroco, muy conocido en el municipio, ya que lleva en la iglesia desde el 21 de diciembre de 2016, cargo que compagina con el de administrador parroquial de La Asunción, de Albanchez de Mágina.
“Fue mucho el dolor que pasamos y por eso hemos decidido hacerlo público, porque nos cuentan los vecinos que no es la primera vez que pasa algo parecido, con misas a las que llega tarde o, como en una ocasión, cuando se le juntó un bautizo con una boda. Esto no puede pasar desapercibido y alguien tiene que dar el paso para que se sepa y alguien tome cartas en el asunto”, asegura la hija del fallecido. Añade que con la denuncia lo único que buscan es una “disculpa pública” del párroco. “Sabemos que no va a llegar a ningún sitio, pero por lo menos que se sepa”, concluye.
El Obispado asegura que fue un descuido y pide disculpas públicas
El Obispado de Jaén tiene conocimiento de lo sucedido en la parroquia de Torres el pasado 19 de octubre. Asegura que el sacerdote, Juan Carlos García, está realmente preocupado, admite su error y asegura que fue “un olvido”. Pide disculpas y, además, lo hará públicamente en el momento oportuno.
Es más, ya lo ha hecho mediante mensajes telefónicos, vía audio, enviados a una de las hijas del fallecido. En ellos emplaza a la familia a una reunión para pedir perdón por su ausencia en el entierro de Lucas Cózar Sarabia. “Pido disculpas, te lo digo por adelantado. Se me olvidó, no te puedo decir otra cosa, cuando yo soy una persona muy puntual. Me gustaría hablar contigo y me disculparé públicamente en el funeral de papá Lucas. Estaba en Albanchez de Mágina, que empezamos con la obra del tejado. Entiendo que estés enfadada y dolida, pero me gustaría quedar contigo. Nunca me había pasado esto, me sé mi agenda de memoria hasta diciembre, la primera vez en mi vida que me pasa, es una cosa que de corazón te lo pido, lo diré públicamente en el funeral de tu papá. Lo siento de corazón”. Insistentemente, Juan Carlos García quita hierro al asunto y se escuda en un descuido.