El Charco de la Cuna, aguas cristalinas donde darse un chapuzón
Diario JAÉN lanza su séptima entrega de playas naturales de este lugar único que nace del río Borosa

El Charco de la Cuna es uno de esos rincones que sorprende por sí solo, y es que, según los expertos, no debería existir, al menos no en el lugar en el que se encuentra. Los estudiosos indican que es imposible saber a ciencia cierta la forma ni el punto exacto en el que el Charco de la Cuna nace, porción de aguas cristalinas que deposita en este curioso apunte uno de los reclamos de mayor interés para no dejar de anotar una visita obligada en el cuaderno de viajes. Formado gracias al río Borosa, ese dato sí se conoce, supone todo un remanso de tranquilidad para quienes buscan paz en un entorno único. Esta piscina natural se encuentra en el término de Santiago-Pontones, donde el paisaje serrano da rienda suelta al verdecer de la naturaleza. El discurrir del Charco de la Cuna lo lleva a atravesar una garganta que se hace menos profunda a medida que se acerca la desembocadura, labrada por el río sobre la tierra calcárea de la Sierra de Cazorla. Al río lo acompaña, por la orilla, una pista forestal únicamente transitable a pie, pero que destaca por su comodidad para el viajero, puesto que su pendiente no es demasiado pronunciada. El lugar cuenta además, con sorprendentes cascadas que son el mejor reclamo para los turistas que buscan conectar con el silencio de la naturaleza antes de volver a la rutina. A su vez, existen zonas de aparcamiento de fácil acceso y es posible también practicar algunos deportes de agua al aire libre. Es un entorno único, además, para los amantes de la pesca.