El balneario de Canena sufre una situación “límite”
El retraso en el programa del Imserso perjudica a la empresa

El Balneario San Andrés, de Canena, es uno de los más de cien de España —el único de la provincia de Jaén— que permanece en vilo a la espera de que el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 adjudique los contratos para la gestión de los viajes y estancias de pensionistas en balnearios subvencionados por el Instituto de Mayores y Servicios y Sociales (Imserso), en el marco del programa de Termalismo Social. La temporada debería haber empezado el 1 de octubre y, sin embargo, hasta ahora sólo se ha adjudicado una cuarta parte de los contratos previstos, según la Asociación Nacional de Balnearios (Anbal). Un retraso por la pandemia y trámites burocráticos que podría provocar el cierre prematuro de las empresas suscritas al proyecto, entre ellas, la de Canena. “Estamos al límite”, denuncia el gerente, Juan Manuel Lorite.
En el programa de Termalismo Social participa en torno al 80% de los balnearios españoles. “De los 113 balnearios, entre un 25 o un 30% trabaja al cien por cien con el Imserso y sólo abre para trabajar con el Termalismo Social. La gran mayoría tiene un modelo mixto y hay muy pocos que no trabajan nada con el Imserso”, detalla el presidente de Anbal, Miguel Mirones, quien apunta que el programa genera unos 7.000 empleos directos y otros 5.000 indirectos en toda España. Durante un año completo, son unos 200.000 pensionistas los que se benefician del Termalismo Social. Para la temporada que ya debería haber empezado —de octubre a diciembre—, son casi 60.000 personas las que todavía están esperando a poder beneficiarse del programa.
“Nos van a echar a pique”, denuncia el gerente del balneario de Canena. “Nosotros ya firmamos un precontrato para que la temporada comenzara el 1 de octubre y planificamos los turnos de todo el año. Ahora, ¿qué hacemos?” En septiembre, desde Anbal ya se alertó públicamente de que, a falta de menos de un mes para que, en teoría, empezara la temporada de Termalismo Social, el Ministerio no se había pronunciado acerca de la fecha concreta de inicio. “Cuando faltaban unos días para octubre llamamos al Imserso y nos dijeron que sí, que se iba a empezar en octubre, pero no el día. No hay derecho a eso”, lamenta Lorite. “Esto es como el perro del hortelano. Como anunciaron que iba a haber Termalismo Social sí o sí, los pensionistas están esperando para venir. Si hubieran dicho que no iba a haber programa, al menos ya estaríamos recibiendo algunos clientes y no habríamos perdido este mes”, añade. A ello se suma el encarecimiento del cien por cien de la factura eléctrica que ha sufrido el Balneario San Andrés de un año para otro: de casi 8.000 euros en agosto de 2020 a algo más de 16.000 el mismo mes de este año. “Estamos aguantando, pero esto se está volviendo insostenible”, critica Lorite, quien no descarta verse obligado a cerrar su empresa de forma prematura este año “como han tenido que hacer otras que trabajan con el Imserso”. “Si la licitación se concede ahora y tiene que estar un mes en exposición pública, nos plantamos ya en diciembre. No compensa. ¿Cuánto vamos a trabajar? ¿Dos semanas?”, se pregunta.
“Si se quiere empezar en noviembre, el Ministerio tiene que dar ya una fecha”
El presidente de la Asociación Nacional de Balnearios (Anbal), Miguel Mirones, aunque lamenta que el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 no haya anunciado todavía una fecha concreta para el inicio de la temporada del Termalismo Social, apunta a noviembre como posible mes para que eche a andar el programa. “La situación depende de que el Gobierno tome una decisión de forma rápida. Es urgente que se comunique una fecha de puesta en marcha del programa por dos motivos: uno, porque si se quiere iniciar en noviembre, las empresas y los pensionistas tienen que tener tiempo para organizarse, y dos, porque las empresas necesitan también tiempo para dar respuesta laboral a las 7.000 personas que trabajan durante la temporada. La cosa está reenfocada al reinicio, pero tiene que decidirse ya”.
El plazo para que los pensionistas se inscribieran en la campaña de octubre a diciembre del programa de Termalismo Social del Imserso finalizó el 30 de septiembre. El programa contemplaba entonces dos turnos, uno de 12 días —11 pernoctaciones— y otro de 10 días —9 pernoctaciones—. El Imserso aporta unos 184 euros de media para financiar cada una de las 57.565 plazas ofertadas para la temporada.