Domingo Murcia: “Tengo la misma ilusión del primer día”
El cronista oficial de Alcalá la Real, flamante Hijo Predilecto del municipio
El pasado viernes la Corporación Municipal de Alcalá la Real acordó, por unanimidad, conceder el título de hijo predilecto a Domingo Murcia Rosales, el cronista oficial. Próximamente se celebrará la solemne ceremonia con la que se valora su vasta contribución al desarrollo del municipio en diversas facetas.
¿Cómo se siente?
Cuando me comunicaron el acuerdo de los portavoces municipales, fue un momento muy agradable, pero a la vez me hundí. Nunca me esperaba este reconocimiento. Es un momento de emoción y agradable. Me siento muy agradecido. Sin caer en tópicos, como yo hay mucha gente merecedora de ser hijo predilecto, pero por las canas, por los años, me ha tocado a mí. En mi trabajo por Alcalá nunca he pensando en una recompensa y menos de esta categoría. Nunca esperaba que después de elaborar el reglamento de honores y distinciones fuera uno de los primeros, después de Martínez Montañés, en recibir este título honorífico.
¿Cómo empezó a investigar?
Es un gusanillo que te entra. Te encargan, de pronto, un articulillo para una revista local y eso te lleva a buscar. Desde que era niño tenía ese interés. Me crie en un ambiente con una tertulia de personas mayores. Mi familia gestionaba una imprenta y las reuniones eran en la “rebotica”. Ya en la adolescencia, contamos la presencia de una mujer importante, Carmen Juan Lovera, que nos ayudaba. Los libros viejos, los papeles, el ir transcribiendo la letra antigua... todo eso te ayuda. A veces te pones a buscar y no encuentras nada y otras veces hallas cosas que no esperabas.
¿Cuál es el descubrimiento que más lo ha dejado satisfecho?
No sabría contestar, pero recuerdo, a bote pronto, algunos personajes que eran desconocidos. Por ejemplo, el retablista Manuel del Álamo, pintores o escultores. Respecto a temas históricas, me interesa mucho lo que atañe a la Edad Media y la frontera. El romance Caballeros de Moclín solía situarse en otro sitio, hasta que descubrimos que se refería a Alcalá. Sé que no he descubierto América, pero son cosas que a nivel local pueden tener trascendencia. Me gusta aportar en el mundo del arte y la historia del arte.
Otra seña de identidad de Alcalá está en la abadía, ¿qué supuso?
La abadía, que duró entre los siglos XIV y XIX, supuso un desarrollo extraordinario del mundo cultural, no solo del religioso. Fue un atractivo para los grandes maestros del momento. Martínez Montañés y Pablo de Rojas no son algo casual, sino derivado de ese núcleo tan importante que era la abadía de patronato real. Quedan muchas cosas por descubrir. Antes de los Raxis y después trabajaron muchos artistas.
¿Qué supone contar con el Archivo Municipal de Alcalá la Real?
Es muy importante, teniendo en cuenta que hay documentos desde el siglo XIV, desde la conquista. En la misma Mota se perdió buena parte del archivo, pero lo que ha llegado es bastante destacado. Una fuente sin duda de investigación con mucho por descubrir ahí, pues hemos leído saltando. El otro día vino un directivo del Archivo Histórico Nacional y nos comentaba que hay miles de documentos sobre Alcalá en otros archivo, con los que aún no hemos dado.
¿En qué proyectos está ahora?
Tengo tres libro pendientes de publicar, uno probablemente con la asociación Enrique Toral y Pilar Soler. Mi estado físico no es el de antes, sobre todo en lo que atañe a la visión, así que en lo que antes tardaba una hora ahora puedo tardar un día. Estoy muy limitado, pero es tanta la ilusión que tengo que cada mañana me propongo qué investigar... Tengo la misma que el primer día. Ahora voy con más serenidad. Los años dan perspectiva, profundizas más y expones todo bastante mejor. La experiencia supone hacer las cosas con más perfección, pero no te puedes pasar de ligero, a veces por confiarse demasiado uno puede meterse la pata.
¿Cuál es el secreto para llevarse bien con corporaciones locales tanto del PSOE como del PP?
Va en la manera de ser. Desde niño, me enseñaron en la familia y la escuela el respeto a todos y a las ideas. Me ha enseñado la labor docente. Hay alumnos de una manera y de otra. En clase, lo normal es explicar las cosas con igualdad para todos. Eso no es solo decirlo de palabra, hay que llevarlo a la práctica. He intentado llevarme perfectamente con todas las corporaciones y con todos los alcaldes. He sabido respetarlos y colaborar para servirlos. Me da igual que sean de esto o de lo otro. Ese espíritu de servicio lo tengo siempre metido desde pequeño, hasta hoy.
¿Qué es lo singular, aquello que define al municipio de La Mota?
Es difícil de explicar. Más de una vez hemos investigado. Estoy seguro de que la historia ha influido en la forma de ser. Somos gente de frontera, que es fugaz, cordial y acogedora. Hay muchas anécdotas que nos definen, aunque en los tiempos actuales es cierto que ya no hay tantas diferencias. Existe un poso histórico que permanece en la colectividad. La gente de frontera tiene sus cosas buenas y malas. Somos herederos de esa idiosincrasia alcalaína.
¿Cómo ve la Alcalá del futuro?
La veo bastante bien. Aunque ahora estamos en unos años de globalización en la que dependemos, he visto unos años de resurgir. Alcalá era una población que vivía exclusivamente del olivar y los cereales y ahora tiene industria. Me llama la atención algo que no se destaca, que es una ciudad de servicios, como cabecera de comarca histórica, de siglos. Se han centralizado aquí los principales servicios, centros educativos, sanidad, notarios y juzgados, pero hay comercio. La gente de fuera se sorprende de las tiendas tan buenas que hay. El paisaje también es de frontera, un puerto de montaña, y es algo que influye en nuestra idiosincrasia.
¿Cómo se le podría sacar mayor partido a la fortaleza?
Es fundamental que no perdamos de vista que es La Mota es un recinto fortificado. A veces queremos inventar e innovar y nos equivocamos. Sería una metedura de pata que la Alhambra se convirtiera en una fábrica de tejidos. En La Mota, llave entre dos reinos, puede verse cómo era la vida medieval en una ciudad fortificada. En torno a los monumentos, se quiere buscar tres pies al gato.
Tiene usted una especial conexión con el colectivo Toral-Soler.
Los dirigentes de la asociación siempre han contado conmigo y yo, encantado de colaborar con ellos. Hacen una cantidad de actividades enormes, como la publicación de libros y el apoyo a iniciativas. Enrique Toral y Pilar Soler eran dos figuras de mecenazgo. Ellos estaban más ligados a otros pueblos de la provincia y a Madrid y al final su legado ha venido a Alcalá. Eso hay que aplaudirlo. La asociación es complementaria con el Ayuntamiento en la promoción de la cultura.
¿Cómo ve el panorama local en cuanto a investigadores?
Cuando yo empezaba solo investigaba Carmen Juan. Ahora, por fortuna, uno de los méritos de Carmen y de los que continuamos es que hemos creado escuela. Hay muchos seguidores, decenas. Están muy implicados en el conocimiento del pasado con la investigación. Para ser un pueblo hay muchos investigadores. Pilar Palazón, que era familiar de mi mujer, se asombraba de la actividad cultural local, con un programa cultural magnífico desde hace años.
¿Por qué es tan fundamental buscar en las raíces del municipio?
Se ha indagado mucho en la forma de ser, la historia y la cultura. Esto ha influido en el desarrollo económico, con gente que monta su empresa y siente Alcalá gracias también gracias esta generación que ha indagado en Alcalá. La cultura influye en la cuestión social y económica.
¿El Arcipreste nació en Alcalá?
Seguro. Cuando Sáez y Trenchs lanzaron su hipótesis, solo dos personas no los creímos plenamente, Carmen Juan y yo. Habría que meterse en el Archivo Vaticano a ver si por casualidad algún investigador encontrara esa clave para probar que el Arcipreste de Hita era Juan Ruiz de Cisneros.