Diversión para los pequeños
La ludoteca y la escuela de verano llegan al ecuador de la temporada con una gran afluencia


Las entidades encargadas de amenizar el verano a los más pequeños de la ciudad, como son la ludoteca y la escuela de verano, ya pasaron el ecuador de esta temporada y actualmente se encuentran inmersas en las distintas actividades pensadas para los días de feria y el fin de curso, que será el próximo día 31 de agosto, despidiéndose así hasta el verano del año que viene. La ludoteca se encarga de los más pequeños, con niños de tres a seis años y con un horario comprendido de lunes a viernes, de nueve de la mañana a dos de la tarde, con la posibilidad de ampliarlo una hora —de ocho a nueve de la mañana con el aula matinal—. Los niños que asisten a este servicio disfrutan y aprenden gracias a las actividades organizadas por las monitoras, y que se centran en manualidades, juegos, globloflexia y la iniciativa favorita: las fiestas del agua. En ésta última, la diversión está asegurada y los niños combaten las altas temperaturas a golpe de pistola de agua.
Alrededor de cuarenta niños acuden durante estos dos meses, en los que está abierta la ludoteca, para combatir los días más calurosos del año con estas actividades, en el colegio público San Juan de la Cruz. Una de sus monitoras, María Ángeles Anguis, aseguró que julio siempre tiene una mayor afluencia. “En agosto, con la feria y las vacaciones, son menos los niños que vienen a las instalaciones”, afirmó.
La ludoteca cierra el mes de julio de manera positiva, tanto en participación como en la programación y desarrollo de actividades, aunque sí que echan de menos algún emplazamiento donde los niños puedan refrescarse en los días de mucho calor. “Estamos muy contentas con el resultado de este año y con la respuesta de los niños”, confirmó María Ángeles Anguis.
Algo similar ocurre en la escuela de verano, que lleva más de quince años con sus puertas abiertas a todos los niños que quieran pasar unos meses “diferentes”. Se encuentra dividida en dos partes, por un lado unos treinta y ocho niños, de siete a nueve años, y por otro, los de diez a doce años, que son veintiséis. Cada grupo cuenta con dos monitoras especializadas en educación infantil y encargadas de programar todas las actividades para los niños, como son los talleres de manualidades, disfraces, teatro y actividades deportivas. La escuela de verano también celebra sus particulares fiestas del agua. Además, los jueves se trasladan al antiguo Cuartel de Sementales, donde tienen cine y un espacio dedicado a la informática. “Este año el mes de julio ha sido muy productivo y hemos contado con más materiales que en años anteriores”, comentó Cristina Ortiz, una de las monitoras. Con vistas a este último mes, las actividades están centradas en la feria, con la organización de su propia cabalgata, disfraces típicos, el baile y la actuación de fin de curso.