Días para la fe y la fraternidad

Vecinos disfrutan al máximo de una celebración que sale a pedir de boca

04 feb 2019 / 17:40 H.

El invierno, en Rus, no es sinónimo, en absoluto, de tristeza. Muy al contrario en esta estación del frío y la recolección de la aceituna, en la que las noches son más largas que los días, se viven fechas entrañables y de convivencia en este pueblo de La Loma. El protagonista indiscutible es el copatrón, San Blas, que es arropado por cientos de devotos.

Este año, la convocatoria tiene el respaldo habitual o incluso superior, ya que la coincidencia de las dos primeras jornadas con el fin de semana hizo que aumentara la afluencia de visitantes, tanto llegados de otros puntos de la comarca como ruseños afincados en otros puntos de España. Además las previsiones son que, al estar marcado también en rojo “San Blasillo”, que se conmemora hoy —se pasa el festivo local del domingo— se espera que la recta final también sea participativa. Se espera una reunión de confraternización y una traca vespertina.

La programación dominical estuvo marcada por las convocatorias en torno al copatrón, que ocuparon toda la mañana, mientras que la tarde tuvo una vertiente más bien lúdica. En primer lugar, la Agrupación Musical San Blas protagonizó una diana que invitaba a los ruseños a unirse a la fiesta. Desde las once de la mañana, la monumental iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, lució repleta de fieles con motivo de la eucaristía, oficiada por el párroco, Juan Enrique Lucas. La procesión fue precedida de la entrega de rosquillas bendecidas. Los vecinos se acercaron hasta los panes para recogerlos con cariño. En cuanto al desfile, el santo recorrió las calles principales, con una temperatura mucho más agradable que la que existía a primeras horas de la mañana. Entre los sones de la banda, cientos de personas, entre ellas autoridades locales, encabezadas por la alcaldesa, Águeda Sánchez, acompañaron a la imagen.

Por la noche, el cielo se iluminó con un espectáculo de fuegos artificiales musicales, ofrecido por la pirotecnia Virgen de Lorite, del cercano municipio de Lupión. Fue un broche más que digno para la jornada principal de la fiesta.

Como ya ocurrió el sábado, los miembros de la hermandad, que agrupa solo a varias decenas de componentes, pero que es muy representativa del pueblo, disfrutaron de momentos de convivencia. A lo largo del fin de semana fueron varias las comidas colectivas. También se produjo el protocolario relevo entre el hermano mayor saliente, en este caso Antonio López, y el entrante, Ramón Deutor. El presidente, Matías Sánchez, subraya que todo salió a pedir de boca y pone el énfasis en los momentos de emoción vividos en un colectivo que es como una gran familia. También elogia la implicación de la ciudadanía. Por ejemplo, el sábado por la noche, en la hoguera encendida con motivo de la Candelaria —fuego que caldeo la gélida velada—, la propia alcaldesa, Águeda Sánchez, y personas voluntarias se encargaron de repartir las viandas degustadas en torno a la lumbre, entre ellas el pan con aceite y las habas.