Diario JAÉN se suma a un legado familiar que atrae a los valdepeñeros: El Parrizoso
La pequeña aldea de Valdepeñas de Jaén acoge a cientos de antiguos vecinos en la celebración de su romería en honor a la Virgen de las Angustias
La celebración que atrae a quienes vivieron en El Parrizoso. Un año más, la aldea de Valdepeñas de Jaén festeja su peculiar romería de la Virgen de las Angustias en un bello entorno natural.
Su historia se remonta al año 1539, con la fundación del municipio. En aquel entonces, se repartieron los terrenos entre diferentes personas y, con el paso del tiempo, 200 años después, fue una mujer granadina quien adquirió la finca de El Parrizoso y mandó construir la iglesia en honor a la Virgen de las Angustias. Tras la Guerra Civil, un grupo de vecinos, motivados por su enorme devoción, construyeron unas andas y llevaron la imagen a través del campo hasta su ermita, donde se encuentra a día de hoy. Con la construcción del pantano, la romería dejó de celebrarse. Sin embargo, de nuevo, amigos y familiares decidieron retomar esta fiesta.
Es así cómo cientos de personas que fueron vecinos del Parrizoso y ahora viven en otros lugares, como la capital, Valdepeñas de Jaén o Málaga, cada año se dan cita en este lugar para conmemorar lo que comenzaron sus mayores hace un centenar de años. Desde ese momento, la Virgen de la Angustias es la protagonista del mes de julio, en una procesión a hombros de los fieles desde su templo hasta un pequeño altar que preparan, donde celebran una emotiva misa de campaña. Una jornada donde los mayores comparten aquellas historias que se encuentran en las entrañas de los cortijos y en la que las nuevas generaciones disfrutan de aquellas tradiciones. Todo ello con el objetivo de que, algún día, sean ellos quienes continúen con la historia de la Virgen de las Angustias. Hablar del Jaén desconocido es ahondar aún más en el Jaén siempre rural, porque si a veces no sabemos de la existencia de nuestros propios municipios, menos aún de aldeas recónditas.