Día grande de la “feria chica”

Los pegalajareños disfrutan de la festividad en honor de su patrón, San Gregorio

10 may 2019 / 16:31 H.

Amaneció este 9 de mayo, día de San Gregorio Nacianceno, con el cielo nublado y algo de frío a los pies de la imponente Serrezuela pero, conforme avanzó el día, se aclaró para disfrutar de la salida a la calle del patrón. Los pegalajareños, en este festivo local, salieron a la calle para asistir en masa a la celebración religiosa primero, presidida por el párroco Rogelio de Jesús Garrido Checa y concelebrada con varios sacerdotes más de la Diócesis. La homilía, este año, volvió a tener al “gran teólogo” de la Iglesia, San Gregorio Nacianceno, el que se venera, como recordaron, desde hace tres siglos en Pegalajar, aunque no fue acogido como patrón hasta hace unas décadas, en sustitución de San Isidro. Célebre por su gran sabiduría y elocuencia allá por el siglo IV, recordó en el sermón, para San Gregorio la oración era “el principal motor de su vida, se alimentaba de ella día a día”. Al pueblo de Pegalajar, le hubiera encomendado ser “misioneros de Jesucristo”. De hecho, el Año de la Misión de la Diócesis de Jaén fue recordado con un cartelón tras la imagen, a los pies del altar. Asimismo, durante la celebración, también se impuso la medalla de la Hermandad de San Gregorio a una decena de nuevos hermanos, desde bebés de muy pocos meses hasta adultos.

Poco después de las doce y media, la procesión salió a la calle para recorrer su itinerario habitual acompañada por los sones de Amigos de la Música en un ambiente festivo espléndido. Entre las autoridades civiles, presidieron esta procesión el alcalde, Juan Merino, además del juez de Paz, Julián Chica. Este año no estuvo el alcalde de la vecina La Guardia, Juan Morillo, pero sí presente con un arreglo floral a su nombre en el altar. A lo largo del camino, se unieron cada vez más vecinos, especialmente, en el entorno de la Fuente de la Reja. Este año, a diferencia con el pasado, la imagen de la Charca sin apenas agua, dejó estampas más aciagas en su entorno. Hace apenas doce meses celebraban los pegalajeños que su querido manantial volvía a la vida tres años después de su última desecación. Las escasas lluvias de este año no lograron de nuevo el “milagro”. Aun así, el patrón volvió a bendecir esta fuente a la espera que vuelva a brotar.

Y tras la celebración de la fiesta religiosa, con el cambio de báculos, el programa lúdico continuó para cerrar este San Gregorio. En este caso, la vigésima comida de hermandad fue en “La Cueva de los Majuelos”, unas horas de convivencia en esta “feria chica” de los pegalajeños. Y, desde allí, al parque municipal Maestro Juan Moreno Palomares, para bailar en la última de las verbenas, amenizada por la orquesta Zodiaco. Mientras tanto, “Divertilandia”, una fiesta infantil.