Devoción por la Sagrada Familia en la memorable salida serrana en El Ojuelo
Los vecinos homenajean a Mari Quijano, la figura más representativa de la iglesia

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A casi trece kilómetros de Segura de la Sierra se encuentra un rincón con encanto de apenas una veintena de habitantes llamado El Ojuelo. La aldea, perteneciente a este municipio de la comarca segureña, celebró tres intensas jornadas de fiesta en las que la población de este enclave vio cómo su número de habitantes creció notablemente. El broche de oro fue la salida procesional de su querida imagen de la Sagrada Familia. Al finalizar la correspondiente eucaristía, se realizó un homenaje a una persona muy querida por todos en el lugar: Mari Quijano. Una mujer que se entregó en cuerpo y alma a dar vida a su iglesia. Su fe le impulsó a luchar por dotar de una parroquia al pueblo, así como hacer que la Sagrada Familia saliera en procesión o que se pintase la fachada, entre otras acciones.
Un repique de campanas anunció con júbilo el inicio del recorrido, que, como de costumbre, pasó por todas y cada una de las casas de los residentes de este lugar serrano, con una duración de alrededor de media hora. El trono fue portado por los más devotos de la aldea, quienes estuvieron acompañados todo el trayecto junto a una comitiva que se encargó de abrir paso. La nota musical corrió a cargo de la Banda de Percusión de Cortijos Nuevos, cuyos miembros marcaron el ritmo durante el recorrido. La comitiva estuvo representada por el alcalde de Segura de la Sierra, José Manuel Martínez Robles, y dos de sus concejales. Al finalizar la salida procesional, todos los vecinos celebraron una cena en comunidad en la que cada uno se encargó de llevar algo de comer.
“Ver cómo las nuevas generaciones siguen participando en las fiestas es algo muy bonito”, aseguró Mercedes Cuadros. Inocente Vizcaíno tenía 14 años cuando se celebraron las primeras fiestas allí, ahora tiene 66 y le dan provocan un gran orgullo. “Es un día muy importante para mí, mi marido era de aquí y fue una persona que hizo muchos esfuerzos por sus vecinos”, manifiesta Boni Cózar. Carmen Pascual, quien tiene familia en El Ojuelo, repite un año más en las fiestas debido a lo que disfruta en cada ocasión. “Este día supone para mí una emoción grandísima, estamos en convivencia con todos los vecinos y no puede perderse”, aposilló Antonia Vizacaíno.