Desarticulada una banda que estafaba a aseguradoras para cobrar por la muerte de caballos
Cuatro detenidos y catorce investigados en la provincia de Jaén
La Guardia Civil, en el marco de la operación PICAR2, como continuación de la operación PICAR1, procedió a desmantelar una organización criminal como presuntos autores de los delitos de Pertenencia a Grupo Criminal, Maltrato Animal, Falsedad Documental y Estafa Continuada. Entre las dos fases de la operación fueron detenidas 4 personas e imputadas otras 24. Continuando con las investigaciones desarrolladas en la primera fase de la operación, realizada en junio del pasado año a raíz de una denuncia presentada por un representante de una compañía de seguros, en el que ponía de manifiesto las posibles anomalías en las indemnizaciones a pólizas de animales, la Guardia Civil tuvo conocimiento de cuatro siniestros equinos. A dos de estos caballos se les había conducido a la muerte por medio de la eutanasia y estaban asegurados por 19.000 euros y a otros dos caballos se les había diagnosticado muerte por cólico agudo, estando asegurados por 24.000 euros.
Asimismo, los agentes pudieron comprobar que las muertes de lo équidos se estaban produciendo en poblaciones alejadas entre sí, en lugares diferentes del habitual de su estabulación y con proximidad cronológica, detectando contradicciones en la toma de manifestación a los propietarios. Posteriormente, la Guardia Civil pudo observar que un vecino de localidad de Sabiote había reclamado una indemnización por un caballo de su propiedad que tuvo que sacrificarlo al ser atropellado por un vehículo conducido por una persona que se dedica profesionalmente al cuidado de caballos de Baeza.
Igualmente, en la localidad de Navalperal de Pinares (Ávila) se detectaron otros dos fallecimientos de caballos a los que se les diagnosticó muerte por cólico, con un capital asegurado de 30.000 euros. Los agentes también comprobaron tras la realizar una inspección en una explotación equina de Las Navas del Marqués y en otra de Navalperal de Pinares, como un veterinario oficial había efectuado en un documento de Identificación Equina un cambio de titularidad (actividad para la que no está facultado), ya que tal cometido corresponde por normativa legal a la Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española. Dicho cambio había sido realizado sin contar con el permiso del propietario del animal. Fruto de estas investigaciones, la Guardia Civil pudo comprobar que la organización venía realizando este tipo de operaciones con los equinos para obtener sustanciosas cantidades de dinero, que solicitaban de las compañías aseguradoras, bien de sus caballos o de terceros.
Supuestos caballos de pura raza española
La organización utilizaba caballos que decían ser de pura raza española sin ser así, ya que en la mayoría de los casos los veterinarios implicados en la trama sin nunca haber visto al animal, certificaban o informaban de una identidad en las que se les valoraba muy por encima del precio de mercado, aludiendo a sus excelentes cualidades de doma, porte, apariencia física. Estas tasaciones se realizaban sin hacer ningún tipo de exámenes precompra, practica muy extendida en el mundo relacionado con el caballo, especialmente cuando se trata de animales de pura raza, de cierto valor económico. Asimismo, los agentes pudieron constatar que los animales accidentados eran sacrificados mediante eutanasia por los veterinarios implicados y que no se correspondían con las identidades declaradas pero sí tenían semejanza en su capa que les hacía pasar por aquellos.
Igualmente, sacrificaban animales que no tenían ningún valor por su doma y procedían a la venta de los animales “fallecidos” que verdaderamente sí alcanzaban un gran valor en la venta. Otra forma de actuar era dar por desaparecidos los equinos y posteriormente proceder a un nuevo a un cambio de titularidad del caballo en la Administración, con el único riesgo de ser sancionados económicamente en caso de ser descubiertos. En uno de los casos un caballo que supuestamente había sido sacrificado en el matadero de Merca Zaragoza, se pudo comprobar que se trataba de un caballo que se hallaba vivo en Écija (Sevilla), por lo que se procedió a realizar una inspección en dichas instalaciones, en presencia del veterinario oficial, poniendo al descubierto el sacrificio de siete caballos y un asno procedentes de una explotación ganadera de Begíjar (Jaén).
En los casos de fallecimiento por patologías, la Guardia Civil detectó falta de atención y cuidados de los equinos afectados, con estabulación, manejo y alimentación, no adecuadas.