De Cisjordania al sureste de la Sierra de Cazorla: El Belén viviente de Fontanar

Vecinos de la aldea jiennense de Pozo Alcón ultiman la representación del nacimiento de Jesús de Narazet

18 dic 2022 / 15:24 H.
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Entre mantecados, turrones, luces de Navidad y también frío y lluvias. Estas fechas de unión y compañerismo sirven para festejar la llegada del niño Jesús y, lo cierto, es que son muchos los que recrean este gran pasaje de religiosidad popular encarnado a a sus personajes. Deciden ser actores por un día y transformar su pueblo o aldea en un rincón a semejanza del Belén donde nació Jesús de Nazaret. Lugares como El Fontanar, Baeza, Villacarrillo o Ibros son algunos de los municipios en los que sus vecinos se convierten por una jornada en habitantes de Belén, población de la Cisjordania, en Palestina . Sin embargo, por mucho que sea una representación que se vive durante un día, el trabajo necesario para preparar un Belén viviente requiere tiempo para preparar el montaje y que vecinos y visitantes disfruten de un escenario, como una cápsula en el tiempo, que se convierte en una paisaje, natural y humano, relevante por historia y tradición.

La aldea jiennense de Fontanar, en Pozo Alcón, al sureste de la Sierra de Cazorla, es uno de esos rincones donde se escenifica un Belén viviente, aunque en los últimos años no ha sido posible con motivo de la pandemia de coronavirus y de inclemencias meteorológicas, de ahí que este año sea especial por esperado. Aun así, los vecinos de Fontanar siguen mirando al cielo para ver si será posible representar el Belén viviente, mientras se afanan estos días en los prepararativos: trajes de época para los personajes, animales, casas y otras edificaciones, utensilios y todo lo necesario para evocar un tiempo muy antiguo y remoto. Pastores y ganaderos ceden sus animales para la recreación, por ejemplo. “Hay vecinos que nos dejan sus animales para hacer todo mucho más real. De hecho, este año contamos con una burra, cuando en otras ocasiones no ha podido ser así. Pero es que es mucho mejor, porque es más bonito que la Virgen vaya montada encima de ella”, reconoce con ilusión Tania Vidal Alba, principal organizadora de este Belén viviente.

Son muchos los vecinos que trabajan estos días a destajo y lo que aún les queda, puesto que reconocen que es a partir de este martes cuando comienza todo el montaje de luces, ornamentos y edificaciones que hacen de Fontanar un segundo Belén que trata de ser lo más auténtico y parecido posible al original que evocan relatos y la iconografía tradicional. El Nacimiento se reparte en una superficie de unos 2.000 metros cuadrados que se sirve de la propia morfología del terreno, en una rambla, para situar la trama en la zona baja, mientras que el público, desde arriba, sigue la historia. Un enclave impresionante que constituye uno de los grandes atractivos de esta iniciativa.

<i>Dos vecinos de Fontanar en una anterior representación.</i>
Dos vecinos de Fontanar en una anterior representación.

Por ello, la iluminación tiene un peso muy importante, ya que las luces son fundamentales para la ambientación y, sobre todo, para guiar al espectador de una escena a otra en función de dónde se desarrolle la acción en cada momento. De hecho, la caída del sol es la que marca el inicio de la representación para que la entrada de la noche acentúe el montaje de luz que apoya la historia. En esta ocasión, está previsto a partir de las 18:00 horas del próximo viernes 23 de diciembre. Una vez que concluye la obra, el escenario se abre para que los espectadores puedan acceder y disfrutar de los productos gastronómicos que hay en él, ya que, durante la representación, por ejemplo, se hacen pan, migas o tostadas con aceite de oliva que el público puede degustar.

Y, este año, el objetivo es lograr que todo sea más grande y que, a su vez, cada año este proyecto crezca porque es un revulsivo que ayuda a la pedanía durante las navidades y también a los propios vecinos que disfrutan de estos días con enorme ilusión y ganas. “Estos días son frenéticos. Tenemos mucho trabajo, estamos organizado muchas cosas, con ensayos, preparando el ambiente, la iluminación. Ya estamos ultimando detalles, preparando los puestos”, reconoce Tania Vidal. Asimismo, tiene claro que esta tradición debe de mantenerse y espera que este año el cielo de un respiro porque son muchos los vecinos y visitantes que ya se encuentran expectantes por dar vida al Belén viviente o de poder disfrutarlo en vivo y en directo. Por ello, el trabajo es a contrarreloj y continuo para lograr que todo salga a la perfección, con lo que Tania Vidal advierte de que los nervios y preparativos no terminan hasta que el Belén cierra sus puertas y, con ello, sus vecinos vuelven a sus vidas normales, dejando de ser habitantes de Belén.

<i>Vecinos atienden indicaciones sobre la representación de este año.</i>
Vecinos atienden indicaciones sobre la representación de este año.

“El trabajo dura hasta el final. No hay relajación hasta que termina la obra y se termina el Belén viviente. Es cierto que es mucho trabajo, que nos lleva muchas horas, pero al final siempre merece la pena porque comprobamos con satisfacción que ha gustado, que sirve para que venga gente de otros lugares a vernos y que son muchos los que lo disfrutan. De hecho, nos planteamos ampliar el Belén, nos piden que se haga más días aparte del 23 de diciembre y es verdad que para el año que viene esperamos poder hacer una representación mucho más grande e incluso hay ideas para poder realizar el nacimiento durante el verano”, relata. Esta iniciativa aprovecha el entorno natural de Fontanar, unas cuevas y rincones que se asemejan bastante al Belén de aquella época y que, también, es una oportunidad de poder reforzar el turismo, la llegada de visitantes.

“Este Belén puede gustar a todo el mundo, sea más creyente o no. Al final es una parte de la historia y también se puede ver como una obra, un trabajo de caracterización y de mucha gente que se une para pasar de ser Fontanar a ser, por un día, el Belén. Se cuenta una historia, se hace una recreación y, además, defendemos el entorno natural y ambiente con el que contamos y también se degustan comida típicas de la zona y navideñas durante este nacimiento, con lo que se pone en valor la gastronomía. No deja de ser una actividad cultural y muy interesante”, defiende Tania Vidal a pocos días de que este Belén viviente pueda cobrar vida como merece. Ahora, toca trabajar en los pormenores que quedan por cerrar, en los últimos detalles para lograr viajar en el tiempo a través de la tradición que Fontanar recupera tras tres años de espera.

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