De castillo a casa de vecinos

La fortificación de Andújar quedó desmantelada con el paso de los años

23 may 2019 / 18:05 H.

El esplendor del antiguo castillo de Andújar continúa aún presente en las calles de la ciudad. Numerosos restos de las murallas que acordonaban la urbe primigenia se pueden observar repartidos por los diferentes barrios. De hecho, es tan rico el patrimonio que guarda el centro histórico del municipio, que en 2007 fue declarado de Bien de Interés Cultural (BIC). Sus casas solariegas, iglesias y llamativos barrios completan una experiencia turística perfecta para conocer la cultura jiennense.

Las primeras fortificaciones que se construyeron en la ciudad datan de la época romana y están vinculadas a la situación estratégica de Andújar, pues desde allí se podría vadear el río Guadalquivir. Sin embargo, la fortificación definitiva tendría que esperar unos años más, concretamente, hasta le llegada de los almohades en 1116. Cabe destacar, que debido a un terrible terremoto que se produjo en esa época, el edificio tuvo que se reconstruido, ya que el seísmo asoló toda la población. Este castillo se encontraba en lo que hoy se conoce como Plaza Vieja.

Es en esta zona donde se pueden reconocer los trazos de la antigua muralla de Andújar se, por ejemplo, el visitante sitúa en su acera izquierda, por donde se puede hacer un recorrido por donde se distribuían. De hecho, muchas calles aún conservan rastros de las murallas. Los mejores conservados se encuentran en la calle Silera, donde hay tres lienzos y dos torreones y que estaban muy cerca de la que se conocía como Puerta del Sol, una de las siete puertas principales por las que se podía acceder a la urbe. La fortaleza tenía una defensa férrea de 48 torreones y cuatro torres albarrenas. Además, contaba con un complejo sistema de puertas fortificadas, antemuros, terraplén y un foso. En definitiva, una serie de elementos que ponían las cosas más que difíciles a los asaltantes. Durante la reconquista cristiana, Andújar fue entregada a Fernando III y pasó a ser un punto estratégico en la provincia para los cristianos. Así, fue en esta ciudad donde se organizó el asalto y la conquista del Alto Guadalquivir.

Durante la Edad Media, Andújar experimentó un gran crecimiento. Esto produjo que la urbe intramuros se quedara, finalmente, pequeña; por lo que la población comenzó a expandirse fuera de las murallas. Así las cosas, estas fueron progresivamente perdiendo su función militar y, poco a poco, se fueron deteriorando. La progresiva pérdida del uso de la fortificación hizo que cada una de sus partes decayeran constructivamente y, con el paso de los años, torreones, murallas y la propia fortaleza se fueron desmantelando o derruyendo para dar cabida a nuevos edificios o casas. Llegado el siglo XIX, la desamortización puso el castillo de Andújar en manos privadas y, con ello, el antiguo bastión almohade pasó a convertirse en una casa de vecinos y, después, en casino. Finalmente, a principios del siglo XX se aprobó su destrucción total y en el solar se construyó un cine que, así como su predecesor, también hoy está desaparecido. Sin embargo, la fortificación fue tan impresionante que, a pesar de todo esto, aún se conservan muchos restos que, para quienes deseen conocerlos, puede optar por rutas turísticas como la de los Castillos y las Batallas, un programa de la Diputación Provincial que acerca a los visitantes a increíbles historias como la del patrimonio andujareño.