Dani Pérez sigue superando barreras, esta vez por los montes de Siles

Dani Pérez, un joven de Frailes con parálisis cerebral, experimentó una alegría desbordante y un cúmulo de emociones durante su participación en el III Encuentro de Senderismo Inclusivo en Siles. Desde el momento en que llegó a esta cita, Dani fue recibido con calidez e inclusividad. El ambiente estaba lleno de emoción y expectación, ya que personas de distintos orígenes y capacidades —también han participado videntes— se reunieron para celebrar el espíritu de aventura y accesibilidad en la naturaleza de la Sierra de Segura, en el municipio de Siles. Cuando Dani se embarcó en la ruta de senderismo, sintió una oleada de euforia. El camino presentaba sus retos, pero Dani estaba decidido a superarlos con la ayuda de los voluntarios. A cada paso podía sentir cómo aumentaban su fuerza y su determinación. Sus compañeros, entre los que se encontraban personas con discapacidades como él, le proporcionaron un entorno de apoyo y aliento que inspiró a Dani a superar cualquier obstáculo que se le pusiera por delante. El impresionante entorno natural contribuyó aún más a la alegría de Dani. Los vibrantes colores de la flora, el relajante sonido del piar de los pájaros y el fresco aroma del bosque le envolvieron, creando una atmósfera serena y pacífica. Era un marcado contraste con el entorno urbano cotidiano al que Dani estaba acostumbrado, y le permitió conectar con la naturaleza de una forma profunda y significativa.

A lo largo del viaje, Dani estrechó lazos con sus compañeros. Las experiencias compartidas y el apoyo mutuo fomentaron un sentimiento de camaradería y pertenencia. Celebraban las victorias de los demás, grandes o pequeñas, y se daban ánimos cuando las cosas se ponían difíciles. Fue un poderoso recordatorio de que la inclusión no conoce fronteras y de que todo el mundo merece la oportunidad de disfrutar de las maravillas de la naturaleza. Cuando Dani acabó tanto las etapas de este sábado como este domingo, le invadió una oleada de emociones abrumadoras. El logro, el orgullo y la gratitud brotaron de su corazón. Había superado los retos de la caminata y se había demostrado a sí mismo y a los demás que la parálisis cerebral no le definía ni limitaba sus capacidades. El viaje no sólo le había aportado alegría y satisfacción, sino que también había servido como testimonio de la resistencia del espíritu humano.

La primera ruta, la de este sábado, partió desde la Era del Fustal y llegó hasta la Peña del Olivar. Alrededor de 11 kilómetros de plena naturaleza en la que los casi 60 participantes disfrutaron al máximo. La de este domingo ha sido más corta —unos 6 kilómetros— por los alrededores de la presa de Siles. “Es un pueblo muy accesible y lo hemos pasado fenomenal”, dice Juan Pérez, padre del joven de Frailes. “Tengo ganas de que siga aprendiendo y creciendo”, concluye. Por su parte, Manoli Calleja, promotora de esta cita, destaca la alegría de todos los participantes llegados desde Cartagena, Granada, Córdoba y Sevilla, entre otros puntos de Andalucía: “Todo el mundo está contento. Le han encantado las dos rutas”.