Cristian, un joven marteño que necesita un trasplante de médula para sobrevivir

Llamamiento de una familia para encontrar un donante compatible para tratar su enfermedad: aplasia medular

10 feb 2025 / 06:00 H.
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Aplasia medular. Ese es el diagnóstico del joven Cristian Gutiérrez, natural de Martos y residente en Torredelcampo. Ahora tiene 19 años, pero este martes, día 11 de febrero, cumplirá 20. Lo hará en el Hospital Universitario de Jaén (HUJ), donde lo acompaña su madre. La cura de su enfermedad pasa por un trasplante de médula, pero, por el momento, no ha habido suerte en cuanto a compatibilidades. La aplasia medular es la desaparición total o parcial de las células en condiciones normales que actúan como precursoras de las diferentes células de la sangre en la médula ósea. Dicho en román paladino a través del testimonio del padre de Cristian, David Gutiérrez, la aplasia medular supone “paralizar la fábrica de sangre del cuerpo”. Es decir, la médula ósea roja desaparece y, por lo tanto, deja de producir glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Puede ser parcial o total.

Cristian ingresó en el Hospital y, desde entonces y hasta que haya un donante compatible, lo mantienen con transfusiones de sangre. Esa es la palabra que utiliza su padre, que acaba de cambiar de turno con su mujer, madre del joven. Cristian está en la séptima planta, zona restringida, por lo que no puede recibir visitas. Su padre lleva quince días con él, también encerrado en el Hospital. Solo salía al pasillo para comer con el resto de acompañantes, y es que hay que tener en cuenta que los pacientes de esa planta tienen las defensas muy bajas, casi inexistentes, por lo que toda precaución es poca. Ahora, su madre, que toma el relevo, estará otros tantos días al lado de su hijo. “Está a cero de defensas porque su cuerpo no genera nada”, lamenta David.

Desean que la espera no sea muy larga, pero por corta que sea, resulta realmente angustiosa. “Por el momento, no hay nadie compatible en el Registro de donantes de médula ósea (Redmo)”, señala el padre de Cristian, que explica los requisitos para hacerse donante: “Hay que tener entre 18 y 40 años y no es necesario acudir en ayunas. Solo extraen un bote de sangre y lo hacen en el Hospital Neurotraumatológico, antiguo Princesa”. No hay más, así es de sencillo. Hay que hacer un apunte, y es que no se puede ir al Hospital y expresar el deseo de donar médula específicamente para Cristian. La donación es totalmente altruista y si no es compatible con Cristian, seguro que le servirá a otra persona que lo necesite. “Uno no se da cuenta de lo valioso que es donar hasta que le pasa...”, reflexiona David.

Los primeros síntomas de Cristian fueron de lo más normales. Al principio le apareció un hematoma en el bíceps, a la altura del hombro. Tanto él como su familia lo relacionaron con su trabajo en el campo: “Te habrás dado un golpe en la aceituna”. Sin embargo, el moratón iba a más. “A los pocos días, le salieron unos puntitos de sangre en las piernas, de la rodilla para abajo, y pensamos que alguna hierba le habría hecho reacción”, relata su padre. Nada más lejos. Más adelante, el joven empezó a sangrar por las dos fosas nasales. Por más que lo intentó, no consiguió detener la hemorragia, acudió a Urgencias y permanece ingresado desde entonces.

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